A menudo, se tiene la sensación de que lo que ocurre en Internet no es algo suficientemente real. Los amigos online no son igual de amigos que los amigos físicos, es un terreno de juegos donde no ocurren cosas reales, donde la gente está sólo para su ocio. Sin embargo, todas estas nociones clásicas del mundo de la red de redes son falsas, como muestran cada vez más los estudios. Como bien dice Lawrence Lessig, la red es muy real.
La clave, como siempre, es qué entendemos por real. En este post, voy a tener como punto de partida que aquello real es aquello que tiene consecuencias en la sociedad en su conjunto, mientras que lo irreal es aquello que no tiene consecuencias en sí, o que las tiene muy débilmente. Desde este punto de vista, ¿es real la red?
Empecemos por la economía. Es quizás el campo donde más fácil es ver la realidad de la red: la bolsa está toda hoy en día en internet, los bancos online mueven millones de dólares, y tiendas como Amazon ya no tienen soporte físico más que en los almacenes desde donde envían sus materiales. Hay mucha gente que vive directamente de sus ganancias online, no sólo las empresas proveedoras de internet sino jugadores profesionales de poker online o de juegos de ordenador, autores de blogs con miles de seguidores, gente que trabaja desde casa, etc. Para todos ellos, la red es el soporte y el medio para transacciones económicas de las que dependen el pago de facturas, el comer cada día, y un sin fin más de asuntos cotidianos. Por no mencionar las consecuencias inmensas que la red ha tenido para conjuntos económicos completos como pueda ser la industria del cine o de las novelas. Económicamente, la red es muy real.