Justo tras el referendum en Grecia, o tras el del brexit en Reino Unido, o cualquier otro se alzan siempre voces que dicen que las consultas a la población son presa fácil de los populismos, que dan resultados ingobernables, etc. Y se ofrecen numerosas explicaciones de por qué debemos confiar en nuestros gobernantes electos, por qué ellos saben lo que es mejor para nosotros, etc. Las élites, al fin y al cabo, son así: superiores, más sabias, defienden los intereses de todos con habilidad… ¿o no?
Lo cierto es que la realidad dista mucho de eso. Los gobernantes electos, como toda élite, defiende sus propios intereses y, al hacerlo, gobierna de modos muy concretos. Por eso la consulta popular suele dar resultados que le incomodan, pero veamos las numerosas razones que llevan a esos resultados en realidad.