Categories
Reflexiones personales

Hago, Luego Pienso

La concepción habitual de la mente humana parte de que los seres humanos tenemos un conjunto de ideas, y que actuamos de acuerdo con ellas. Pero lo cierto es que eso no siempre es así, sino que es una carretera bidireccional.

A veces, los seres humanos actuamos basados en impulsos, en la presión de los demás, o cualquier otra razón externa a nosotros. En general, la gran mayor parte de los actos que hacemos así no van en contra de lo que pensamos sobre un determinado hecho, pero hay ocasiones en que si. O quizás simplemente nuestra opinión sobre un determinado hecho va en contra de la opinión u opiniones de gente que valoramos. En esos momentos se produce lo que en psicología social se llama una disonancia cognitiva, que básicamente es un nombre complejo para decir “desajuste entre pensamientos y hechos”. Y estas disociaciones son una enorme causa de stress para el cerebro.

Por tanto, el cerebro tiene que enfrentarse a la disociación, y justificarla ante su propio conjunto de ideas, para eliminar el stress. A veces lo que hace es simplemente negarlo “no, no, eso no lo hice por eso, eso iría contra mi”. Otras veces lo que hace es justificarse “si, puede parecer que lo hice por eso, pero en realidad fue por esto otro…”. Finalmente, también ocurre que en ocasiones, cuando no hay salida posible de la paradoja, simplemente cambia su forma de pensar al respecto para ajustarse a sus actos y que desaparezca el stress.

Este mecanismo del cerebro es muy importante en nuestra mente, pues nos permite continuar confiando en nuestra personalidad, y al mismo tiempo nos permite cambiar y adaptarnos a entornos variados y cambiantes. Sin embargo, hay que tener cuidado con él. Que nuestra opinión sobre una película cambie en base a lo mucho que les gustó (o no) a nuestros amigos a los que valoramos no es terrible, precisamente, pero este mecanismo también lo usan muchos grupos que nada tienen de deseables, entre ellos las sectas.

Así que cuidado cuando actuéis, porque vuestros actos determinan vuestra forma de pensar tanto como vuestros pensamientos determinan vuestros actos.

Costán Sequeiros Bruna

Estos son los comentarios en el antiguo blog:

post 34

post 34-2

post 34-3

post 34-4

Y tú, ¿qué opinas?

Leave a Reply

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.