Categories
Reflexiones personales

La Legitimidad Revisada

Legitimidad es un término político que significa, básicamente, el derecho de alguien a gobernar. En nuestras sociedades democráticas modernas, un Gobierno es legítimo cuando ha sido votado por los ciudadanos para su cargo, y mientras siga las leyes estipuladas. Si pierde el apoyo de los ciudadanos, o empieza a romper las reglas se da lo que se llama una crisis de legitimidad, que puede acabar o no con la expulsión del gobierno y unas nuevas elecciones como en el caso Watergate en Estados Unidos.

Por supuesto, esto implica que no todo gobierno es legítimo. No todo gobernante tiene derecho a gobernar, aunque no necesariamente porque no haya sido votado. Así, por ejemplo, un dictador como Franco gobierna ilegítimamente, pues las bases de legitimidad de la época eran las de la Segunda República, que él violó con una Guerra Civil. Sin embargo, un rey medieval, pese a no haber sido votado, si gobernaba legítimamente. ¿Y eso?

La razón es sencilla: cada sociedad decide qué es lo que legitima los gobiernos. En la actualidad son las elecciones democráticas y libres, pero en la edad media el principio legitimador era la herencia por sangre, y en el antiguo Egipto era la combinación de herencia por sangre y de ser el escogido de Ra (un gobierno divino). Todos esos gobiernos tan diferentes (democracia, feudalismo, imperialismo,…) son igualmente legítimos, pues todos se constituyen siguiendo las reglas de dicha sociedad. Si un noble no relacionado por sangre con el rey usurpaba el trono en vez de el legítimo príncipe, creaba un gobierno ilegítimo, y a menudo una guerra civil.

Pero, ¿solo hay esta legitimidad? Según la teoría política estándar, lo cierto es que si, esa es la mecánica de la legitimidad. Sin embargo, yo creo que se puede escarbar más hondo. Básicamente, legitimidad es un principio de equilibrio social, y de grado de caos de dicha sociedad; así, lo que significa a grandes rasgos, es un gobierno que la sociedad aprueba y está dispuesta a seguir. Eso significa que la legitimidad en realidad, tal como el mecanismo estipula, no es más que una escritura en normas de un principio más básico: la aceptación social.

Por tanto, desde este punto de vista, lo que tenemos es que cualquier gobierno aprobado por el pueblo, sea esto abiertamente o implícitamente, es un gobierno legítimo, aún si rompe con las reglas de la legitimidad establecida. Esto es abrir el concepto un poco de más, pues nos encontramos con que, en general, siempre que no hay rebeliones el gobierno está siendo aceptado en mayor o menor grado, por lo que vamos a sacar a colación lo que discutimos sobre Naomi Klein y el shock.

Si os acordáis, yo defendía que existe una escala de anomia (digamos, resumidamente, que desajuste o conflicto social). Esta escala de anomia, cuando llega a su extremo, lo que genera es una rebelión o conflictos sociales masivos que llevan a la sociedad a un cambio, dado que la gente no está dispuesta a tolerar más esa situación. Para evitar eso, se le pueden aplicar a la sociedad shocks, que la mantengan aterrorizada e incapacitada para actuar según normalmente lo haría, manteniendo en funcionamiento un gobierno que, sin esos shocks, habría sido derrocado.

Por tanto, teniendo en cuenta esta barra, lo que encontramos es que la legitimidad o ilegitimidad de un gobierno (tal como yo la veo, como aceptación social) es una fuerte causa de anomia, y con ello de conflicto social. Por eso, la mayor parte de los gobiernos ilegitimos han recurrido al miedo como modo de mantener el control, como es el caso de las dictaduras y las medidas brutales que suelen usar para mantenerse en el poder.

Y es que el poder es la clave de todo este cotarro. Visto todo desde este punto de vista, el núcleo de la legitimidad es el núcleo de la sociedad actual tal como la vio Pareto: el de la lucha de diferents élites por el poder. Legitimidad, pues, pasa por ser las “reglas de juego” que dichas élites usan para enfrentarse entre si sin que el pueblo decida intervenir y pueda echarlas a todas. En la actualidad, por ejemplo, las elecciones son los campos de batalla de las diferentes élites políticas, que usan los partidos políticos como sus soldados de la primera línea de batalla. Así, generalmente, la sucesión por medios ilegitimos se hace cuando una élite no aceptada dentro de ese juego, quiere instaurarse en el poder, como era la élite militar que siguió a Franco.

Como siempre, todo en el fondo es una cuestión de poder, de quien lo tiene, y de quien lo quiere, y de que nosotros que estamos abajo no nos levantemos, pues en todas las épocas una ha sido la más grande de las verdades: que sin el pueblo, no se puede gobernar. Fuera como fuese la sociedad, si la sociedad se alzaba con seriedad contra el gobernante, o iba a manifestaciones masivas, o expresase su rebeldía de otros modos, el gobierno se volvía imposible… momento que generalmente aprovechaban élites diferentes para usurpar el poder, cambiar la sociedad y hacerse con la legitimidad sobre una nueva base de ideales (a menudo, siendo ellos incluso quienes incitaron al pueblo a alzarse).

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas de esto?

Leave a Reply

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.