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Reflexiones personales

La Impotencia del Poder

Leyendo hoy el muy interesante libro “Saviálogos ’10” (que recoge una serie de debates entre eminencias sobre muy diversos temas), uno de los asuntos que más me ha llamado la atención y me ha invitado a reflexionar aparece en el último capítulo, dedicado a gobernanza global.

Y es la cuestión de que en un mundo global como el actual, donde todo está interconectado con todo, los Estados no tienen los recursos ni la capacidad para poder imponer soluciones por sí mismos a ninguno de los grandes riesgos y crisis existentes. Unos más, otros menos, en base a su poder, pueden intentar gestionarlas en cierta medida, pero no pueden ni solucionarlas ni controlarlas.

Sin embargo, los políticos siguen siendo vistos como esas personas que nos gobiernan y van a solucionar los problemas. A Zapatero le exigimos que solucione la crisis económica del país, y cuando no lo hace le echamos la culpa de su fracaso. No pretendo decir con esto que lo haya hecho bien, simplemente digo que en el mundo actual esas cosas no dependen de un único Presidente de Gobierno, y menos de uno encargado de gobernar un país de segunda fila como es España, que por sí mismo poco pesa en el mundo.

Pero los políticos parecen incapaces de admitir esa simple verdad. Ya no se gobierna el mundo desde un país. Ellos no, nos siguen vendiendo en las elecciones que harán esto, o aquello, y que si los elegimos todo será mucho mejor. Y cuando surge un problema que debe ser solucionado por el conjunto, y que exige sacrificios, en seguida se culpa a otros. Así, Europa ha sido culpada de innumerables costes exigidos, y nunca se le reconocen sus muchos méritos porque estos son vendidos como triunfos de los políticos para ganar votos en sus elecciones estatales.

Cuando llega un problema grande, uno global, sin embargo todos ellos desaparecen. Ante un conflicto como la crisis económica se mira a la UE, al Fondo Monetario Internacional, al G-20. Nadie pregunta por Zapatero o Merkel, sino por lo que el mundo va a hacer. Y cuando hay que intervenir en Libia no lo hace Estados Unidos o Francia, sino que primero se busca una autorización de la ONU (por lenta que pueda ser, y eso que fue increíblemente rápida para lo que es habitual), ya que las acciones unilaterales ya demostraron su ineficacia con la segunda guerra de Irak iniciada por Estados Unidos.

Y ante esto, los políticos ¿qué hacen? En su mayoría, permanecer atados a sus sillas, como si en eso les fuera la vida. Cada Estado cuenta más para ellos que el conjunto de todos, y se siguen vendiendo como los solucionadores de los conflictos. No se dan cuenta, o no quieren admitir, que el mundo ya no es de cada Estado, y que para todo hacen falta conciertos y acuerdos.

Así, en la cima de la pirámide, lo que hay son siempre reuniones entre Estados, debates, cumbres. Y los políticos, en sus países, son cada vez más incapaces de solucionar las grandes cosas. Seguir negándolo es estar ciego, y ya se sabe que no hay más ciego que el que no quiere ver.

Señores, es hora de que, de una vez, admitan su impotencia, y sobre ello comiencen a construir de nuevo. Porque no podemos hacer esperar eternamente al futuro.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas?

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