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Reflexiones personales

Cambiando el mundo (VI): Cambio con mayúsculas

cambio 1Como decía al principio de esta serie de posts, el mundo se encuentra en un momento de cambio profundo en una multitud de distintos aspectos. Se abre así una oportunidad histórica para cambiar la sociedad en aquellas dimensiones que seamos capaces de modificar aprovechando la coyuntura. No todos los cambios a la vez son posibles, probablemente, pero si hay que aprovechar para al menos hacer algunos cambios profundos.

A lo largo de estos posts he ido sugiriendo una buena lista de formas en que la sociedad civil debe hacerse con el control del Estado, en respuesta debe cambiar las instituciones para hacerle hueco, incluso la posición de los políticos en el entorno debe modificarse. Y esos cambios deben exportarse globalmente, de modo que se extiendan esas nuevas ideas.

Todos estos cambios que yo propongo no son todos los necesarios, probablemente, y alguien señalará que faltan tal o cual cosa, o que sobra esta o la de al lado. Sin embargo, si se ha de abordar un cambio profundo en el capitalismo y los modos de vida, el comienzo siempre debe ser por la política, por llevar el poder a los ciudadanos, porque es la política la encargada de manejar la vida en común. Sin duda, cambiar la política no es suficiente si no cambia a la vez la cultura, los valores, la forma en que interactuamos, el nivel de concienciación y formación de las ciudadanas… pero la política ofrece un buen punto de partida para iniciar todos esos cambios y gestionarlos para que eclosionen.

cambio 2Sin embargo, el momento actual ofrece a la vez luces y sombras. Junto a las oportunidades de cambio que se abren, también se ve demasiado cómo las opciones “de cambio” resultan menos revolucionarias de lo esperado. Podemos ha ido suavizando cada vez más su mensaje hasta ser poco más o menos lo que originalmente era el PSOE con un lavado de cara, y Ciudadanos lo mismo para sustituir al PP. Es lógico, como estrategia política buscar el centro es lo más rentable, en la medida en que es el lugar donde se encuentran la mayor cantidad de votantes… pero, como herramienta de cambio, es claramente insuficiente. Y la ventana de cambio no estará abierta eternamente, sino que se abre y se cierra según los vaivenes de la sociedad. Y creo que, entre pactos, negociaciones y la búsqueda del centro y del gobierno, esos partidos nuevos en buena parte van a agotar la ventana de cambio con tan sólo modificaciones menores en el sistema.

Pero, como dije, yo veo luces y sombras en esta historia. Si en el párrafo anterior exponía las sombras, lo cierto es que las luces se encuentran cerca pero fuera de ese cuadro. Para poner al día unas instituciones hay que meterse dentro y cambiarlas… para renovarlas y modificarlas a fondo hay que hacerlo desde fuera, por medio de la presión ciudadana y, eventualmente, la posibilidad de la revolución. Y, con el crecimiento del hartazgo y de la conciencia política de los españoles, se están formando cada vez más colectivos, y más potentes, fuera de las instituciones que empujan por cambios en las mismas. Unos pueden tener peticiones poco viables (ATTAC, por ejemplo, y su petición de un cese de la globalización neoliberal en economía), otros pueden tener objetivos más limitados y específicos (como un huerto urbano que modifica la forma de alimentarse de un grupo concreto y pequeño de gente) y, en el medio, hay un enorme abanico de opciones, grupos e ideas, todos en ebullición, contacto, cooperación y enfrentamiento. Desde las múltiples asociaciones de víctimas del terrorismo a las mareas de los distintos colores, de la PAH a los colectivos ecologistas, etc. hay una creciente fortaleza, variedad y desarrollo de una sociedad civil que, en España, era claramente ausente desde la Transición y que es enormemente necesaria para conseguir una democracia de verdad.

cambio 3Es probable que todos los cambios que he ido detallando en estos posts se pierdan en el viento del cambio cuando este resulte ser más una brisa que un huracán. Quizás alguno consiga llegar a algo (como la idea de federalismo, ahora que el melón de las autonomías parece claro que habrá que abrirlo), pero es improbable que se vea una verdadera democracia participativa ahora. Quizás algún nuevo elemento o vía de participación surja y sirva como un ladrillo para cambios en el futuro, pero habrá que esperar a la siguiente ventana para poder empujar de nuevo el mundo.

Pero en esa ocasión, lo que tendremos de nuestro lado, es una sociedad civil que ha ido aprendiendo el poder de organizarse y defender sus intereses. La próxima ventana obtendremos otras cosas, y con la siguiente otras más, hasta que eventualmente consigamos llegar a un mundo de una verdadera democracia, donde gobierne el pueblo.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas de este cambio?

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