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Reflexiones personales

Cambio Tecnológico y Cambio Social

historia5Basta mirar un catálogo de teléfonos móviles para ver la enorme velocidad a la que se produce el cambio tecnológico en el mundo en el que vivimos: nuevos modelos salen continuamente, dejando a los anteriores obsoletos en prestaciones, opciones y calidad. Pero no sólo los teléfonos evolucionan a pasos acelerados, sino que la mayor parte de los productos tecnológicos lo hacen: los ordenadores todavía duplican su capacidad cada pocos años, salen nuevos electrodomésticos ahora con opciones de conexión a internet, la red evoluciona a medida que se digitalizan nuevos productos y servicios, etc. Y, aunque menos visible, los cambios se producen también fuera del ámbito social: nuevos modelos de coches van avanzando las prestaciones de los mismos, nuevas formas de organización de las empresas, nuevos productos a la venta en la bolsa…

La tecnología avanza a un ritmo que no se puede comparar con ningún periodo del pasado. Antes, los avances se producían lentamente y aún tardaban más en expandirse por el mundo debido a los problemas en las comunicaciones: ahora, las novedades se expanden sobre barcos de carga, aviones y electrones, y el desarrollo científico y tecnológico recibe unas inversiones como jamás había recibido.

Esto, inevitablemente, afecta a la sociedad. La introducción del ordenadores el mejor ejemplo, ya que ha revolucionado la forma en que organizamos el trabajo, interactuamos con amigos y conocidos, disfrutamos de nuestro tiempo de ocio, etc. Infinidad de dimensiones de nuestra vida pueden dividirse en un “antes y un después” de la introducción del ordenador. Y, como este, cambios en multitud de niveles han ido impactando notablemente en nuestra forma de socialización, en los valores de la sociedad y sus debates (como la intimidad o la transparencia), en el modo en que se ejerce y se lucha contra el poder, etc. Hay una frase muy certera y célebre de Isaac Asimov que resume la problemática brillantemente:

El aspecto más triste de la vida actual es que la ciencia gana en conocimiento más rápidamente que la sociedad en sabiduría.

Esto implica un desajuste muy grande entre las posibilidades y las normativas, por ejemplo. ¿Cómo regulamos un espacio transfronterizo como es internet? ¿Qué fronteras se le pueden poner a los espacios mundiales de flujos como la bolsa? ¿Cómo controlamos el desarrollo de tecnologías que hoy no existen pero que lo harán en breve? ¿Cómo manejamos la aparición de invenciones que cambian el mundo, como el debate actual en torno a los robots con capacidad de matar o el trabajo con células madre?

Mientras todos estos debates y cuestiones se producen (y muchos más), la ciencia sigue avanzando y trabajando en todos esos ámbitos. El desarrollo de la medicina con el estudio del genoma humano ha ido mucho más rápido que el debate social de las implicaciones que tiene que se descubran los secretos de nuestra genética: ¿eso nos encamina a Gattaca, o a otras opciones más optimistas? ¿Qué impactos sociales, de división de clases e injusticias, pueden implicar que se controle la genética pero que esta tenga costes médicos probablemente prohibitivos de salida?

_70071914_20130922055336-img_6510Pero, al mismo tiempo, desarrollos como la impresora 3d (recientemente, alguien ha diseñado una mano biónica desde su casa) también implican un abaratamiento de los tratamientos y la posibilidad de diseminar las inveciones más allá del control de empresas y gobiernos. Pero, igual que pueden permitir fabricar manos mecánicas baratas para gente que no puede pagar otras más caras, también pueden dar acceso a conseguir pistolas sin tener que pasar por controles psicológicos ni licencias, de un modo mucho más opaco incluso que el mercado negro.

La tecnología no es ni buena ni mala en si misma, pero tampoco es neutra. Por mucho que digan que las pistolas no matan, sino que es el que la usa el asesino (lo cual es cierto, innegablemente), también es cierto que una pistola sirve para poco más que matar si no se quiere usar como pisapapeles. La pistola en si no mata, cierto, pero su función es hacerlo, o intimidar, etc. La tecnología, por tanto, no es neutra.

El desarrollo de la misma a la velocidad a la que va ahora, por tanto, tampoco es neutro. No es ni bueno ni malo, sino que abre opciones sociales inmensas e inesperadas que es difícil prever e imaginar con anterioridad y es cosa de la sociedad asimilar esas nuevas tecnologías y darles usos socialmente beneficiosos mientras se limitan los usos perjudiciales. Y, al ir escogiendo entre unas opciones u otras, la sociedad irá controlando el cambio social que todas esas tecnologías implican y que, inevitablemente, conlleva la aparición de nuevos inventos y, con ellos, nuevas decisiones, opciones y cambios sociales.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas del cambio tecnológico?

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