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Reflexiones personales

Cooptación y corrupción

cooptacionEn los post sobre la historia, el funcionamiento y el futuro del capitalismo, uno de los conceptos que surgió y no había sido explicado antes en el blog es el de cooptación. La cooptación es el proceso por el cual un sistema, en este caso el capitalismo, adopta y absorbe las ideas y elementos que son críticos con él mismo de cara a neutralizarlos. Se llama así porque la cooptación es (según la RAE) el proceso de elección interna de miembros y captación, de modo que en este caso se usa como forma de designar la entrada de sistemas ajenos en el interior del propio. Dicho así suena muy complejo, así que vamos a usar unos cuantos ejemplos primero.

Las ideas se pueden cooptar de muchas formas. Cuando una idea es crítica con tu sistema, por ejemplo el comunismo para el capitalismo, una de las formas de cooptarla es adoptar algunos elementos menores del mismo como forma de reducir su deseabilidad; el Estado de Bienestar bien podría ser un ejemplo de esto, ya que algunos elementos de control económico estatal se introducen en el mundo del libre mercado. Pero también se pueden neutralizar transformándolas en productos capitalistas. Si de pronto alguien entra en Zara y se compra una camiseta con la hoz y el martillo para demostrar lo comunista que es, lo que en realidad se ha hecho es transformar una ideología contraria al capitalismo en un producto válido para el consumo capitalista, una camiseta de venta en una gran superficie.

La cooptación también se puede aplicar a grupos opuestos a nuestro sistema. En el siglo XIX, los sindicatos sirvieron enormemente para debilitar y reformar el capitalismo, introduciendo un montón de elementos que hoy damos por sentados (los horarios, las vacaciones, la seguridad social, los derechos del trabajados, las huelgas…) y que el capitalismo en si no querría tener porque son contrarios a su lógica. Así que a lo largo del siglo XX, especialmente hacia el final, los sindicatos lentamente han sido cooptados por el sistema de muchas formas, de modo que queden desarmados como se vio en Salvados. Esto se hace por ejemplo asegurándose de que los sindicatos dependen de los subsidios estatales para su funcionamiento en vez de las aportaciones de sus afiliados, de modo que no puedan morder la mano que les da de comer; o asegurando a sus líderes buenas puertas giratorias cuando acaben su tiempo en el sindicato; etc.

Y así es como llegamos a la corrupción. La cooptación a menudo se produce a través de la corrupción de otros sistemas para imponerles una lógica que no es la suya. La democracia, por ejemplo, no debería preocuparse de cosas como los beneficios empresariales sino de la representación y el bienestar de las poblaciones. Y, sin embargo, cuando el Gobierno tiene que rescatar a la banca no le importa aparentemente hacerlo a fondo perdido y aceptar unas pérdidas multimillonarias.

cooptacionLa corrupción es así una enorme fuerza de cooptación de sistemas: si le garantizas al Presidente de turno que cuando acaben sus años en el gobierno tendrá un puesto en Endesa, o Telefónica, o la que sea, en la cual va a cobrar un montón por no hacer demasiado, entonces es improbable que ese Presidente vaya a actuar en contra de tus intereses económicos o incluso es probable que los defienda, como en el impuesto sobre el sol. Pero incluso más allá de eso, tener a una figura política en esa posición da acceso a la empresa a toda su red de contactos y a su capacidad como figura pública de cara a defender los intereses económicos de la compañía y, por el camino, del sistema capitalista como conjunto. Y eso por no hablar de la corrupción directa, de la financiación de las campañas electorales, la compra de votos o el regalo de trajes y viajes.

Pero la corrupción no funciona a nivel individual solamente, se puede intentar corromper y comprar a toda una sociedad. Así, cuando Amancio Ortega dona 320 millones a la sanidad pública, los medios de comunicación se llenan con los mensajes de qué bueno y es, y cómo nos ayuda. Dejando de lado que eso es básicamente caridad, con todo lo que ello implica, esta donación lo que dice en buena medida es “dejar a los ricos ser ricos, que eso os beneficia”. Y no importa que para hacer esa donación haya que haber hecho contabilidad creativa para evadir una cantidad mucho mayor de impuestos a pagar todos los años, por ejemplo, porque eso no sale en las noticias salvo que se abra una investigación judicial (y, aún si eso ocurre, habría que ver si sale o no). Así, se compra a la sociedad como conjunto, convenciéndola de que es bueno que haya gente mucho más rica, en vez de que esa gente pague lo que corresponde y con ese dinero se pague el acceso de todo el mundo a la sanidad pública.

Es por todo ello que a menudo parece que en el mundo actual el capital y el sector económico es el más poderoso de todos. Lo cierto es que en si, no lo es, como todo campo social tiene su poder y su capacidad de acción, pero no más ni en todos los ámbitos que el resto. El problema es que a menudo, el sistema económico ha sido muy eficaz a la hora de llevar a cabo una cooptación sistemática de los demás, desde el sistema político al cultural e incluso las ONGs. Esto se debe en buena parte a que, como sociedad, hemos colocado en el centro de los valores y de las definiciones de “ser una persona de éxito” el tener dinero y riqueza, de modo que si ese valor domina sobre otros el dinero crece como herramienta de poder. En otros tiempos había otros valores centrales, como podía ser el prestigio en batalla o el honor, de modo que la cooptación capitalista no era tan eficaz. Sin embargo, con el avance de la historia y especialmente el auge del neoliberalismo, el dinero se ha convertido básicamente en el capital más extendido en todos los campos sociales, y con ello se abre una enorme puerta a que el sistema compre a otros.

cooptacionAsí, la cooptación es un proceso sutil y suave, por el cual un sistema va comprando o controlando a otro hasta que el otro deje de ser crítico con él. Es gracias a la cooptación de sectores y ambientes que se ven cosas como que los medios de comunicación no informen de ciertas noticias que sus anunciantes principales no quieren que salgan, o que se debiliten trozos importantes del Estado de Bienestar desde el propio gobierno que debería defenderlos y usarlos como fuente de poder. Y, cuando la cooptación no es suficiente, siempre se puede acudir al shock, que usa el impacto psicológico que desmoviliza a la población como medio para imponerles aquello que no están dispuestos a aceptar de ningún modo.

Con todo esto no quiero decir que haya una gran conspiración capitalista o una logia masónica detrás de todo que usa la cooptación como zanahoria y el shock como coacción en caso de que lo otro no funcione. Aunque pueda parecerlo tras la existencia de cosas como las reuniones de Davos, el capitalismo no es un todo coherente que actúa estratégicamente. Simplemente es un sistema, y todos los que tienen intereses principales en el mismo (grandes empresas, ricos, etc.) son los que, con sus acciones individuales para enriquecerse, acaban llevando adelante una cooptación sistémica. No hay un gran plan ni una mente maestra, pero funciona, salvo que los otros sistemas aprendan a decirle que no y a resistir.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas de la cooptación?

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