Magistral, es la única forma de definir este libro. Anthony Giddens (uno de los sociólogos vivos más reputados del mundo, antiguo asesor de Anthony Blair) hace un repaso enorme de la situación de Europa en estos tiempos, y de los múltiples caminos hacia el futuro que tiene, así como las dificultades que debe pasar. Todo ello para analizar el sentido que realmente debe tener la Unión Europea, el vínculo entre todos estos países, tanto dentro como fuera del viejo continente.
El libro se articula básicamente en tres grandes bloques. El primero podríamos decir que consiste en una gran revisión de lo que es la Europa del Bienestar, y todos los servicios sociales vinculados a ella en cada uno de los países. Narra la importancia que una cuestión tan sencilla como esa tiene a la hora de considerarnos europeos, además de las dificultades a las que se enfrentan los Estados de Bienestar en las crisis actuales. Sin embargo, mantiene como pilar indudable la necesidad de mantener, e incluso incrementar, esos sistemas del bienestar, pues pueden ser una enorme fuente de cohesión y riqueza para nuestras naciones.
Segundo, está el pilar sobre demografía. Las necesarias y siempre interesantes reflexiones sobre la multiculturalidad y la aceptación de los inmigrantes en Europa, y los efectos que ello tiene en “nuestras culturas” ocupan una buena parte de esto. Pero también otras magnitudes importantes, como el envejecimiento de las poblaciones europeas, y las consecuencias y soluciones que habría que darle a ese fenómeno, que pasarían por retrasar la edad de jubilación obligatoria de la gente (dejandola como voluntaria) para aquellos que quieran seguir trabajando, de modo que se aligera carga sobre los sistemas de apoyo del Estado, y se generan nuevos mercados y gente dispuestos a trabajarlos. Si a ello añadimos una profunda revisión de todo el sistema del mercado de trabajo y las opciones que ofrece, favoreciendo una flexibilidad horaria y un trabajo más “a la carta” para el trabajador se podrían generar mecanismos que facilitasen la integración de la mujer así como reducir las tasas de paro.
Finalmente, un tercer gran pilar en el discurso gira en torno a la política y la institucionalización de la Unión Europea. Analiza en profundidad tanto el rechazo a la Constitución Europea dado por franceses y holandeses, así como las implicaciones de la Agenda Lisboa y muchos otros tratados menores. Y la conclusión es unívoca a sus ojos, la sociedad rechazó esa Constitución porque no se centraba en los temas que a la gente le interesaban (la identidad y función de Europa, así como la integración de los países del Este), no porque no estuviesen interesados en una Europa más unida y sólida. Y de hecho, Giddens defiende acérrimamente la tesis de que la UE, para ir adelante, tiene que tomar cada vez más solidez, con organismos más eficaces de toma de decisiones, nuevas formas de hacer las cosas, y una proyección exterior más unida. Todo esto sin que Europa se transforme en un Estado federal, sino que lo haga manteniéndose como el extraño Estado transnacional (que combina naciones) que es en la actualidad, tesis también defendida por Ulrich Beck. Y es que el horizonte de la globalización está ahí (durante todo el libro, por cierto), haciéndo que el mundo sea cada vez más y más pequeño, por lo que la unión es la forma de mantenerse con un pie sólido en ese mundo global y que no te pisen por ser pequeño e incapaz de enfrentarte a las opciones y retos de dicha globalización.
En resumen final, es un libro que merece la pena leer con calma y reflexionar sobre él para todos aquellos que estén interesados en Europa, en su presente y en su futuro, tanto euroscépticos como defensores de la Unión. Simplemente, es una pequeña maravilla de la escritura.
Costán Sequeiros Bruna
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