Categories
Libros

Crítica de libro: La Construcción Social de la Realidad

realidad-1Escrito por Peter Berger y Thomas Luckmann, este libro es (con razón) considerado sin duda uno de los clásicos de la sociología. Bien escrito, claro, lleno de reflexiones interesantes y profundas que construyen piezas y ladrillos que continuamente van a ser usados posteriormente para levantar un edificio sin duda brillante, el resultado es un texto que vale mucho la pena leer. Y creo que, además, se complementa muy bien con Las Palabras y las Cosas de Foucault.

Es un libro, en buena medida, diferente a las teorías sociológicas clásicas porque es un libro estructuralista desde abajo. Las tesis estructuralistas suelen decir que la superestructura domina a los habitantes, condicionando sus vidas y manejando la forma en que interactúan bien para defender unos intereses de las clases dominantes (la posición típica marxista) como para simplemente garantizar el buen funcionamiento de la sociedad (la posición más funcionalista). En la otra cara de la moneda, las teorías enfocadas desde abajo muestran cómo la sociedad se construye y elabora a partir de las identidades e interacciones cotidianas de la gente (las posiciones típicas de la Escuela de Chicago, etnometodología, etc.).

Berger y Luckmann, sin embargo, cogen esta distinción y la revientan. A la hora de explicar cómo se construye la realidad, ellos hacen el camino de ida y vuelta combinando ambas perspectivas en un conjunto enormemente coherente que brevemente trataré de resumir.

La sociedad empieza, en su visión, con un par de personas que empiezan a convivir y, al hacerlo, comienzan a desarrollar hábitos. Con el paso de los años (especialmente con el nacimiento de niños y luego nietos) estos hábitos fruto de la negociación y la acción individual se convierten en ritos y normas que, a menudo, acaban siendo achacadas a los orígenes divinos de la sociedad porque las nuevas generaciones ya no conocen a los fundadores de esas dinámicas y por qué surgieron como surgieron. Y como es necesario que las estructuras se legitimen, se acude a toda suerte de explicaciones para asegurar que eso es así porque debe ser así (el origen divino de la realidad es así el argumento clásico de las sociedades antiguas).

Así, la estructura nace de la acción individual. Pero, a medida que se perpetúan las generaciones, la estructura legitimada va a encargarse de usar la socialización para que las nuevas generaciones no duden de que esa es la realidad. Al hacerlo, construye las identidades de sus habitantes, condicionando su forma de interacción, de entenderse a sí mismos y a los que les rodean, creando así una estructura que se impone sobre los ciudadanos. El lenguaje juega aquí un papel clave, porque se convierte en una de las principales estructuras sociales a la hora de entender cómo se perpetúan las instituciones y ritos que van surgiendo con el paso del tiempo y cómo se construyen las identidades de los habitantes de ese mundo.

realidad-3Sin embargo, paralelamente, las sociedades van creciendo en conocimiento y, con ello, se empiezan a crear colectivos de conocimientos especializados. Así, pueden diferenciarse en castas (guerreros, sacerdotes y labriegos, como en la Edad Media por ejemplo) o en profesiones (científicos, ingenieros, políticos, etc.). Al surgir así colectivos dispares van surgiendo con ellos secciones de conocimiento que ya no son accesibles para todos (difícilmente, en una vida, podemos aprender todo lo que se sabe de todas las ciencias y profesiones) de modo que la sociedad se vuelve interdependiente en si misma y surgen directrices de conocimientos específicos y quienes los poseen (“si tengo un problema legal, buscaré un abogado” por ejemplo).

El resultado es que esos colectivos, junto con aquellos que por una u otra razón han tenido una socialización defectuosa en la “realidad innegable” de la sociedad, van generando identidades y prácticas propias ajenas a las del conjunto. Al hacerlo, tejen su propia realidad y crean nuevos modelos identitarios que crean complejas interacciones con el conjunto en la medida en que este conjunto los acepte, los rechace, los renegocie, etc. Así, poca gente tendrá problemas en que los ingenieros tengan sus “rarezas” propias y su jerga profesional, pero seguro que muchos más tienen dificultades si de pronto los ingenieros empezasen a decir que lo son por mandato divino.

El resultado asi es que, con la aparición de nuevas identidades y formas de entender la sociedad, junto al hecho de que la reproducción social nunca es perfecta, la sociedad reconstruye y renegocia los ritos e instituciones sobre los que se había construido: su propia realidad. Al hacerlo, la estructura dominante resulta modificada y reelaborada por la gente que debería estar dominada por esa estructura, haciendo que la estructura sea a la vez producto y productor de la sociedad a la que pertenece.

Y por eso digo que es un libro que vale mucho la pena leer, porque es difícil ver tan bien argumentado y elaborado un modelo que aborda elementos como la legitimidad institucional, el papel de la psicología y la identidad, la estructura, el lenguaje, los ritos e instituciones, las diferencias de género, etc. todo en un modelo comprehensivo que encaje esos elementos en un discurso no habitual: el que va a la vez de arriba a abajo y de abajo a arriba. En resumen, 233 páginas realmente deliciosas para cuestionarnos la realidad del mundo en el que vivimos, cómo lo construimos y cómo nos ha construido a nosotros mismos. Porque, al final, toda la realidad es construida socialmente, pero al hacerlo, nos construye a nosotros también.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas de La Construcción Social de la Realidad?

One reply on “Crítica de libro: La Construcción Social de la Realidad”

Leave a Reply

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.