Categories
Libros

Crítica de Libro: Musyca

Coordinado por Javier Noya, este libro recopila los trabajos de los integrantes del grupo MUSYCA de la Universidad Complutense de Madrid. Por ello, en sus páginas se recoge un muy variado análisis de la música desde la perspectiva sociológica, que incluye capítulos sobre cosas muy concretas como algunos autores o movimientos, junto con otros capítulos mucho más teóricos, abstractos y genéricos como la globalización y la música. Por ello, es un libro que tendrá siempre cosas de interés para cualquiera que busque saber más de sociología de la música, y probablemente tenga también muchos capítulos que a unos o a otros puedan resultarles poco interesantes. Por no mencionar que, como es habitual en estos casos en que el libro lo escribe mucha gente, el nivel varía mucho de uno a otro de los capítulos.

A lo largo de sus páginas, sin embargo, se va produciendo un interesante debate que es el que voy a recoger aquí para todos. El debate se centra, como no podía ser de otra forma, en la universalidad de la música en la humanidad. Ante este tema, los distintos autores del libro van encajando en una de las dos visiones concretas y opuestas que se dan al respecto.

Por un lado, están los que opinan que la música es producto de una cultura, de una historia, de una educación y de un momento y lugar concretos. Para esta visión, diferentes subculturas, sociedades y épocas tendrían diferentes percepciones de la música, que podrían llegar a ser tan dispares como para que unos consideren ciertas músicas como “ruido” al ser incapaces de comprenderlas. La música sería así una consecuencia de la sociedad que la genera, y sería un instrumento primordial para entender la misma.

En la otra cara de la moneda, está la postura que opina que la música es un universal. Toda sociedad humana tiene música, y cualquier humano entiende cuando otro está haciendo música (le guste o no la canción en concreto). Así, la música no sería un producto concreto de sociedades específicas, sino un universal global que abarca a toda la humanidad, y que responde a ciertas resonancias emocionales internas que todo ser humano tiene. Así, la música sería un elemento primordial de la esencia humana, y por tanto de la globalización y el multiculturalismo.

Obviamente, ambas posturas no son completamente opuestas, y se pueden encontrar puntos en común. Y esta es la parte, creo, más interesante del debate, ya que la conclusión que se puede obtener es que la música es un universal humano que se fragmenta en millones de especificidades dispares. Como el habla, que todo ser humano puede hacer, es diferente del idioma, que es específico para ciertos individuos. En igual medida, la musicalidad podemos decir que es global, mientras que la música sería específica. Con ello, como siempre, lo que obtenemos es que aunque el ser humano comparte elementos con todos los demas seres humanos, también tiene diferencias con ellos, y es en ese juego entre convergencia y divergencia donde surge todo el juego social, sea en música, economía, política, escultura, o ciencia. Somos, al mismo tiempo, universales y específicos, por un lado un ser humano y por otro un “yo” diferenciado. Y eso se traduce en todos los aspectos de nuestra sociedad.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas de este libro?

Leave a Reply

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.