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Crítica de Película: American History X

Profunda, terrible, detallista, perfecta… American History X es una de esas joyas del cine que no se deben dejar pasar por ninguna razón salvo un corazón débil o sensible. Narra la historia de un neonazi en California, y al narrarla se mete profundamente en la psicología del personaje, sus razones, motivaciones y demás. Todo un tratado de ideología, y sobretodo, como esa ideología se manifiesta en acciones. Sin embargo, es una película que hay que ver entera para poder entenderla bien, porque sino parece en su contenido muy tópica.

Por supuesto, la escena clave y más interesante de todas es el estadío en la cárcel, y como los ideales neonazis del personaje son puestos en cuestión por sus propios “compañeros neonazis”. Es un caso claro de disociación cognitiva, de la que hemos hablado muchas veces, cuando tus ideas del mundo dejan de encajar por completo con el mundo; normalmente, la disociación depende de tus propias acciones siendo contrarias a tu visión del mundo, pero también puede deberse a opiniones o acciones de otros a quienes valoras o respetas. Así, lo que pensamos del mundo se puede tambalear por algo que hace alguien que nosotros queremos, y con ello puede cambiar nuestra personalidad de un modo muy profundo.

Así, tendemos a subestimar la capacidad de influencia que tenemos unos en otros. Etiquetada como “manipulación” la sociedad la considera como algo malo, algo que no se debe hacer unos sobre otros. Como hablar a espaldas de otros. Sin embargo, lo cierto es que esas acciones no son malas en si mismas, sino que dependen del fin para el que se hacen; sin embargo, son tachadas como malas porque la gente sabe que tiene efectos sobre otros, cambiando opiniones y con eso cambiando la forma en que la gente se relaciona. Se teme, por tanto, que otros cambien cuando nosotros no estamos presentes y se habla de nosotros. Pero eso, en si, no es malo si se hace con intención positiva.

Sin embargo, se teme como siempre lo que no se ve, y no se ve la “manipulación” o la disociación cognitiva que esta provoca en los demás. Esto es una de las múltiples pruebas de que la realidad no es una, o, mejor dicho, la realidad social no es una. Al contrario, el mundo social que nos construimos es un producto hecho entre todos los miembros de una sociedad, una enorme red de percepciones cruzadas, un resultado inter-subjetivo. Es producto de tu opinión de mi y de tus amigos, conocidos y amigos, de sus opiniones cruzadas, de las opiniones que tenemos de las leyes y los políticos, etc. Por supuesto, no sólo es eso, pero eso es en gran medida.

Por tanto, no existe una Gran Verdad pura que podamos decir para solucionar las discusiones sobre la sociedad. Existen muchas pequeñas verdades cruzadas y relacionadas, que cambian y evolucionan con el tiempo. Opiniones políticas, sociales, de moda, redes de amigos y trabajos… todos construyen nuestra realidad paso a paso.

Tú y yo construimos la realidad. La democracia, la de verdad y no la que tenemos, es exactamente eso.

Costán Sequeiros Bruna

Estos son los comentarios del antiguo blog:

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Y tú, ¿qué opinas de esta película?

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