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Crítica de serie: Mr. Robot

Robot 1Mr. Robot es una historia acerca de hackers, seguridad y sobretodo corporaciones. Pero, sobretodo, es una historia que trata sobre esas cuestiones de un modo maduro y adulto, dando algunas reflexiones muy interesantes sobre los tres ámbitos, con pinceladas de temas adicionales como anarquismo, locura o terrorismo. Todo ello narrado con un buen estilo, quizás un poco lento, pero que da pie a algunos diálogos (especialmente cuando el protagonista habla a su “amigo invisible”) realmente inspirados. Todo ello envuelto en buenas interpretaciones, una historia intrigante y una ambientación peculiarmente inquietante pese a la aparente tranquilidad.

El hecho de que trate acerca de hackers hace que uno de los elementos más presentes en toda la serie es la discusión en torno a la privacidad cada vez menor en la que vivimos. Así, desde el principio, uno de los modos en que el protagonista interactúa con el mundo que le rodea para todo tipo de situaciones (pero especialmente la interacción humana) se basa en la violación sistemática de los sistemas informáticos de quienes le rodean, hasta poder acceder a sus secretos digitales. Una muestra de cómo la privacidad menor generalizada entra de lleno en contacto con la falta de seguridad a la hora de protegernos de posibles intrusiones virtuales de gente cualificada y con ganas de hacerlo.

Lo cual nos lleva a la seguridad. En Mr. Robot, cuestiones como la seguridad de los sistemas informáticos, de la facilidad de hacer robos de identidad digitales ante descuidos que tenemos y demás nos alertan de las vulnerabilidades que teje el mundo entero en el que vivimos. Desde las grandes empresas, protegidas por sus consultorías digitales de seguridad como la que da empleo al protagonista, a los usuarios aparentemente formados o los no informados, la seguridad virtual de nuestra sociedad es más bien escasa en muchas dimensiones. Se crea así un paradigma de sociedad de la vigilancia pero de un modo muy desigual, donde los que saben/pueden poseen información que los otros a menudo ni siquiera saben que están dándoles.

Por supuesto, la serie en este sentido es sesgada, sobreexponiéndonos a esos riesgos. Es cierto que la mayor protección que tenemos es el hecho de que no necesite/quiera nadie hackearnos, lo cual no es mucho que digamos, pero en buena medida puede permitir que permanezcamos seguros siempre y cuando no cometamos errores. Pero hasta los más preparados cometen errores, como se ve actualmente con el caso de los correos de mail de Hillary Clinton.

robot 2En cuanto a corporaciones, Mr. Robot tiene un discurso muy marcado e interesante en cuanto a todo lo que es aparataje capitalista del mundo actual. Desde el poder del dinero y de las deudas, las actividades brutales y amorales de las empresas, la sumisión de una población que no sabe que está sometida porque lo está desde dentro (por nuestros gustos, empleos, etc.)… un largo elenco de elementos que, bien hilados, crean una descripción crítica y muy interesante a la hora de reflexionar sobre cómo este refleja en realidad nuestras propias vidas.

Esos tres pilares sociológicos de la serie se ven combinados con la descripción muy interesante de personajes con claras incapacidades a la hora de lidiar con la vida en sociedad “normal”. En esto, por ejemplo, también tiene una parte interesante que ver el papel de las drogas, por ejemplo, así como sus locuras, ansiedades y dudas. Así como los elementos que tienen que ver más con la trama, con cuestiones como cambiar el mundo, el precio del poder, el cómo se controla a los demás, etc.

El resultado es, sin duda, una serie muy interesante tanto desde el punto de vista lúdico como desde el social.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas de Mr. Robot?

3 replies on “Crítica de serie: Mr. Robot”

Me gustaría añadir algo que no todo el mundo aprecia y en esta serie hacen un esfuerzo titánico; las técnicas de hacking.
Si bien es cierto que siendo una serie se toma ciertas licencias. Merece un aplauso por lo mucho que se nota el correcto asesoramiento que tiene.
Cada vez que enfocan la pantalla, no se ve un monitor escribiendo estupideces. Escriben comandos reales.
Cuando se enfoca el código, es código que tiene sentido. Que funcione o no en todos los casos depende de qué implementan ciertas librerías o scripts a los que llaman desde este mismo código. Pero la inmersión que produce para mi es muchísimo mayor. De nuevo son detalles que generalmente sólo los tecnólogos los aprecian si se fijan, pero detalles como estos me hacen sumarle puntos.

También quiero destacar que algunas de las técnicas de intrusión que relata el protagonista son super viejas y a la vez siguen estando al orden del día. Por poner un ejemplo, cuando tenía 12 años(hace ya muchos años) y me interesé por este mundillo, ya había muchos documentos sobre lo que es y en qué consiste la ingeniería social. Que no es más que saber cómo funciona el sistema y atacar al punto más débil de su arquitectura: las personas que lo gestionan. Hacerse pasar por quien no eres ante un usuario con acceso privilegiado al sistema es más fácil que crackear claves a ciegas.

La serie desde luego es muy buena y recomendable. Aporta mucho.

Recomiendo también la segunda temporada. Quedan 2 episodios para que termine y es, de nuevo, un gran acierto sin cansar con lo mismo. Una continuación como es de esperar de una segunda temporada, que inició una historia en la primera.

Saludos,
Mario.

La verdad es que ese aire de verosimilitud en torno a las técnicas de hacking lo consigue transmitir incluso para los que no sabemos demasiado del tema desde la perspectiva técnica. Y tiene sentido si, como bien dices, en efecto en buena medida todo lo que hacen tiene sentido y coherencia con cómo funcionan estas cosas. Desde luego, fuera del código, las herramientas que usan de hackeo (la forma de acceder y suplantar identidades, etc.) se que funcionan y cada vez más, pero saber que incluso el aspecto técnico/estético lo hace también, al menos a mi, me supone un plus. Muchas gracias :)

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