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El Plan Europeo para el 2030

Hace unos días, un “grupo de sabios”, bajo encargo de la Unión Europea, publicó un informe sobre la dirección que la Unión debía tomar si deseaba continuar y prosperar en el mundo contemporáneo y por venir. Liderados por Felipe González, este grupo analizó las diferentes corrientes que se dan en la sociedad y previeron lo que vendrá en los próximos años, proponiendo diferentes medidas para enfrentarse a las más perjudiciales y centrar de nuevo Europa en el camino del éxito.

Y lo cierto es que el informe es bastante acertado en muchos puntos. Podríamos decir incluso que es “profundo pero sin entrar en detalles”, pues abarca muchos temas diferentes con rigor, pero sin proponer medidas exactas para solucionarlos. ¿Por qué? Porque es un informe que se encargó bajo el supuesto de que no pusiese en entredicho el funcionamiento actual de las instituciones europeas.

Ahí, por supuesto, está su mayor vulnerabilidad. No puedes planear la actualización de Europa y la superación de las dificultades actuales si no puedes plantear la reforma necesaria en muchas de sus instituciones. Así, pese a que muchas de las propuestas básicamente buscan el refuerzo de la Unión y de sus capacidades, nos encontramos sin embargo con paradojas como el refuerzo de la posición de los Estados en el centro de la misma (por medio del Consejo) en lugar de sus propias instituciones (la Comisión, el Parlamento y el Tribunal). Y aunque una cierta crítica de la ejecución del Tratado de Lisboa se deja entre leer en algunos puntos, lo cierto es que queda superficial pues no es posible para ellos meterse a fondo a analizar las correcciones que serían precisas para poner al día al Tratado, sacarle el máximo partido y corregir sus deficiencias.

Lo que sí está claro, incluso con este informe “descafeinado” es que Europa se encuentra en un punto de gran importancia. Ha habido otros en el pasado, como la Crisis de la Silla Vacía, o las ampliaciones de la Unión… pero quizás ninguno tan relevante como el actual. Es un problema de fondo, del modelo actual de Europa de los estados, en vez de una Europa común, que lleva a que las medidas que se tomen para afrontar los problemas sean insuficientes. Vivimos en un mundo global, y requiere soluciones globales… y la única opción que tenemos para desarrollar ese tipo de medidas pasa por el fortalecimiento de la Unión Europea.

Sin embargo, es importante notar que no nos encontramos sólo en un callejón sin salida de riesgos crecientes e insuperables. Por el contrario, como el texto bien recoge, nos encontramos también en un momento de grandes oportunidades. Si escogemos bien, y actuamos acordemente, el futuro de Europa puede ser grande… si no, si nos cerramos en nuestras rencillas provincianas y nacionales, en los enfrentamientos históricos que no somos capaces de solucionar… bueno, si dejamos pasar el tren de la historia, este no parará a esperarnos, y ya otros están reclamando esas posiciones que antiguamente tuvimos nosotros.

Costán Sequeiros Bruna

Y a ti, ¿qué te parecen estas reflexiones?

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