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Reflexiones personales

Hackear la Sociedad

Si yo menciono la palabra “hacker”, lo primero que pensarás probablemente será en un chico con gafas, granos, asaltando las bases de datos de las empresas y gobiernos. Dejando de lado que obviamente esa es una dimensión de la palabra hacker (y olvidando que cada vez más la guerra informática la practican los propios gobiernos y empresas), el término va mucho más allá de ese punto.

Como me recordaron hoy Jara Rocha y Samer Hassan en su conferencia sobre procomún y hackear, se puede definir de una forma más adecuada y amplia: una persona que ve un sistema concreto de algo (da igual lo que sea), busca, lo estudia y comprende, y ataca las debilidades de ese sistema para cambiar algo que no le gusta y generar un efecto distinto al que el sistema prevee. En este sentido, Merton los llamaría rebeldes o inconformistas, si queréis unas acepciones más sociológicas para la misma idea.

Así, los hackers informáticos atacan un sistema de defensa informático, buscan sus debilidades, y entran en su interior. Pero podemos con esta definición aplicar perfectamente la idea de hackear la sociedad: esta tiene sus sistemas, sus normas, sus reglas que generan una serie de efectos y consecuencias concretos, y que no necesariamente son las más adecuadas o que mejor sirven a la ciudadanía. En respuesta a ello, los ciudadanos tienen la capacidad de buscar nuevos caminos que les permitan transformar esas reglas a su favor.

Por ello, no sólo encontramos ejemplos en la informática. Nos contaban el caso de un chico que, no queriendo pasar por el sistema de autoescuelas, encontró que podía presentarse por libre a los examenes teórico y práctico si seguía unos pasos concretos estipulados por la DGT. Así, subvertió el sistema oficial y tradicional en su propio beneficio, abriendo con ello un camino que otra gente ahora puede seguir. Creative Commons es otro hackeo social, que transforma las leyes de protección intelectual en un sistema de expansión de la información libre gracias a que existe la puerta “hackeable” de crear tus propias licencias dentro de las leyes de propiedad intelectual.

Así, la sociedad tiene sus reglas, y todo el mundo debe saber que estas no son inmutables ni están dictadas únicamente por poderes superiores. Los poderes establecidos (económico, político, social…) configuran muchos de los sistemas de la sociedad, desde luego. Pero, muy a menudo, ellos no construyen sobre la nada, sino que construyen sobre las bases de lo que la sociedad civil está haciendo, regulando sus usos y costumbres, codificando sus acciones, y creando leyes que las enmarquen. Por ello, la sociedad civil misma tiene la capacidad para cambiarlas ya que tiene el poder de organizarse, crear proyectos, desarrollar ideas y valores,… que ellos mismos quieren defender, y que defienden mediante su capacidad de colaboración y de movilización. Green Peace, a su manera, es un modo de hackeo social ya que, saltándose los sistemas de protección del medioambiente establecidos (planes de ayuntamientos, acuerdos políticos, etc.), Green Peace lo que consiguió es organizar la sociedad y reorganizar y replantear la misma relación del hombre con la naturaleza y la capacidad de los ciudadanos para intervenir y condicionar esa relación forzando a los poderes.

Con ello, la sociedad civil se organiza para buscar métodos alternativos, cambios, que hackean la realidad en la que vivimos y que nos permite hacer el mundo que nos rodea más habitable y humano, y menos sujeto a los intereses y deseos de los poderes establecidos. Hackear la sociedad, por tanto, no es sólo un derecho que deberíamos tener como seres creativos capaces de imaginar mejoras para el mundo que nos rodea, sino que también debería ser visto como un deber. El cambio social no surge sólo porque aparezca una nueva tecnología o un cambio en el gobierno, sino que el cambio de verdad (el profundo) surge de los cambios en la sociedad, que se compone en gran medida por los ciudadanos, sus grupos sociales e interacciones. Cambiando esto, cambias la sociedad, y fuerzas la adaptación a un mundo que cambia.

Vivimos en un mundo que está a punto de parir una sociedad diferente en todos sus campos: tecnología, política, los recursos, la ciencia… y el mundo al que vamos a llegar necesitará reglas diferentes. Pero las que hay no se van a ir simplemente porque lo deseemos o porque ya no se ajustan, sino que hay poderes que van a luchar por mantenerlas así ya que les beneficia. La ley SOPA en Estados Unidos, por ejemplo, beneficia a un sector económico concreto en perjuicio de toda la sociedad fue defendida a muerte por dicho sector precisamente porque este ya no se ajusta a una sociedad basada en la información como aquella en la que vivimos.

Es nuestro deber hackear la sociedad, introducir hacks concretos (mecanismos específicos que cambien el funcionamiento) que nos permitan modificarla, actualizarla y ponerla al día con el siglo XXI. Así la sociedad en conjunto cambiará y se adaptará, funcionando mejor en su entorno ecológico pero también político y económico. Si no lo logramos, el resultado será inevitablemente vivir en una sociedad desajustada e ineficaz, donde se van a ir sucediendo las crisis ya que el modelo sociopolítico y económico ya no encajará con las necesidades que el ambiente y la sociedad demandan. Sólo con el cambio de la sociedad, su hackeo, podemos poner la sociedad al día.

Obviamente, cualquier hack concreto y específico no implica el cambio de la sociedad inmediatamente. El cambio que necesitamos es más profundo, y surge como consecuencia de la modificación de multitud de pequeñas cosas que cambian nuestra percepción de la sociedad que nos rodea y la forma de vivir en ella. Cada uno de nosotros debemos hackear nuestro entorno: buscar sus errores entenderlos y atacarlos para cambiarlos y mejorarlos. Y compartir lo que hemos hecho, de modo que esos hacks se extiendan y se puedan emplear y mejorar por los demás, y con ello forcemos a cambios en nuestro mundo.

Costán Sequeiros Bruna

Estos son los comentarios del antiguo blog:

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