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Sociología

Hemos renunciado a nuestro futuro

Hoy he asistido a una conferencia muy interesante en el Caixaforum, de la que habría que recoger un millón de ideas. Pero, de momento, me voy a quedar con una de Fernando Vallespín, que trataré de explicar mezclada un poco con mi propia perspectiva de todo el asunto.

Según él, a partir del siglo XVII Europa desarrolló la idea de Progreso. Esta nos dice que, con el trabajo de hoy, construimos un mundo mejor para mañana: desarrollo económico, avances científicos, enriquecimiento de todos, mejoras políticas y culturales… No implica que la situación fuera cierta, sólo que la gente creía en ella, y trabajaba para cumplirla.

Sin embargo, si regresamos al doloroso presente, nos encontramos con que la crisis nos ha quitado la idea de progreso, la ha desterrado. Venía de antes, cierto, pero la crisis lo ha hecho más notorio. Ya no pensamos que el futuro vaya a ser mejor. Enterrados bajo las cifras de recesión, de déficit y deuda, de reducciones de los gastos estatales y otros ajustes, lo que deseamos del futuro es que, al menos, nos deje como estamos.

Así que nos retraemos, nos ocultamos, con miedo de un futuro cargado de riesgos e incertidumbres que no podemos manejar. Nos acojonamos, con razón, y nos metemos hasta el fondo de nuestro cascarón, como caracoles que se refugian. O, quizás, más bien como avestruces que entierran la cabeza.

Porque, al hacerlo, dejamos de luchar por cambiar ese futuro. Hemos aceptado que es negro, y huimos erróneamente de él.

Hemos de alzarnos, levantar la cabeza, y luchar. Sólo alguien que ve venir de cara un futuro negro puede enfrentarse a él hasta volverlo luminoso. ¡El progreso existe! Así de sencillo. Hemos de repetírnoslo cada mañana cuando leemos el periódico o paseamos al perro. Porque, quizás sea un optimista irredento, pero incluso en esta noche oscura creo que vendrá un amanecer. Y que ese amanecer, pese al dolor y frío de la noche, puede ser más luminoso que el atardecer anterior.

Pero sólo, y únicamente, si salimos a luchar, con optimismo, voluntad, conciencia y capacidad de trabajo. Porque el futuro es lo que queramos y podamos hacer de él.

Costán Sequeiros Bruna

Estos son los comentarios del antiguo blog:

post 105-1

post 105-2

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