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Reflexiones personales

La Carrera de Europa

Comenzando a leer el último libro que ha coordinado Emilio Lamo de Espinosa, “Europa Después de Europa” (no estoy seguro de si ya está editado o no), no puedo dejar de quedarme con esa habitual sensación en mi de que este momento es la clave de siglos por venir. Al menos para nosotros. Él mismo lo dice a lo largo del primer capítulo:

Europa se encuentra en el cruce de caminos.

Es el punto donde toca decidir con respecto al futuro que nos depara, y qué papel vamos a interpretar en él. Los países del BRIC (Brasil, Rusia, India y China, pero también otros como Méjico) crecen a velocidades muy superiores a la de los países de occidente pues la brecha tecnológica entre ambos se va cerrando y con ella va la económica… y llegados a una equiparidad, la superioridad del número de habitantes de aquella zona hará que cobren más importancia que nosotros.

¿Y qué hacemos al respecto? Bueno, Europa avanza, siempre lo he dicho: se construye, prueba, corrige. Cambia. Sin embargo, crear algo nuevo siempre lleva más tiempo del que parece, y conlleva errores. Es un tiempo que a Europa no le sobra, precisamente. Habría que acelerar la carrera por esa Europa unida, por elementos comunes que nos pongan de nuevo en pie de igualdad con los demás, que nos den voz, palabra, posición.

Por ejemplo, si cogemos el conjunto de los países de la UE, el personal diplomático europeo supera enormemente con creces al de Estados Unidos o cualquier otro país. Un poder tan grande y con tantos recursos da una enorme capacidad de acción. Y, sin embargo, todos estos diplomáticos no avanzan una causa común, sino que avanzan las labores parciales e intereses de sus Estados, a menudo en contraposición entre sí. Las fuerzas militares europeas son cada vez más decentes, pero aún en su mayor parte son completamente inútiles para el tipo de misiones de mantenimiento de la paz y de ayuda de emergencia que requieren los tiempos. Y aunque el mercado europeo es el mayor del mundo, nuestros países están enormemente precarios en el cómputo total por la dependencia energética, la crisis económica, la deuda.

No es cuestión de alarmarnos ahora con todo ello. Hay cosas muy buenas que se contraponen y que llevan a Europa adelante, pero sin la voluntad de las élites de impulsar eso cada vez más y a mayor velocidad, puede que simplemente no avance suficientemente rápido. Somos un modelo de organización nuevo para el mundo, basado en la paz y la cooperación, algo que podría ser tan sumamente beneficioso si se implantase a una mayor escala que podría cambiar por completo el devenir de la historia futura, y reducir sensiblemente la cantidad de conflictos y derramamientos de sangre. Pero todo ello quedará en utopías y palabras bonitas si, encerrados en nosotros mismos, no somos capaces de terminar este proyecto, de convertirlo en algo decidido y sólido.

Y la cuenta atrás nunca se detiene, tenemos tiempo pero hemos de usarlo bien… y ya.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas sobre esta carrera?

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