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Sociología

La Sociedad es Dios

Es una tesis muy difundida tanto en sociología como en antropología, que la religión de una sociedad cualquiera no es más que una divinización de esa propia sociedad, de sus valores y pensamientos. Y una vista histórica a menudo sirve como ejemplificación de esto.

La antigua Grecia tenía una sociedad dividida en multitud de polis autogobernadas, cada una con su propia élite de gente en el poder, así que su forma religiosa era un conjunto de Dioses y seres de muy diferente poder. Roma era igual, hasta que, llegado el auge de los Emperadores, el Cristianismo comenzó a ganar influencia y finalmente fue formalizado como religión del Imperio por Constantino I; un imperio, así, tenía una religión de un sólo Dios. Y el cristianismo era especialmente adecuado a la sociedad romana, porque su mensaje del Dios único-y-trino encajaba muy bien con la sociedad romana, dividida entre aristócratas, gentes libres, y esclavos. Una sociedad única, con tres formas.

Pero, obviamente, el punto álgido en la historia del catolicismo lo tenemos durante la Edad Media. No sólo encaja el Dios uno-y-trino incluso mejor que en Roma, ya que la sociedad feudal estaba dividida en tres estamentos (nobles, clero y vasallos), sino que la gran proliferación de santos no sólo sirvió para asimilar las religiones previas de las regiones que se iban cristianizando, sino que estaban en particular sintonía con un mundo político dividio en un Rey (“Dios”, aunque aún no era una monarquía divina) y una infinidad de nobles y señores locales (simbolizados por los santos locales, que de aquellas eran venerados incluso más que ahora, hasta el extremo de que los nobles cada uno llevaba su propia reliquia de alguno de ellos, verdadera o no, para protección, juramento y demás). Se alza la Era de la Ilustración, y con ella la Monarquía Absolutista, y aunque los santos permanecen, en realidad lo que se pasa a potenciar es una serie de figuras básicas y claves (Cristo, la Virgen…) en lugar del enorme abanico de figuras previas.

Sin embargo, todo esto se ve más claro (y origen de este debate) con el totemismo. Ya Durkheim lo dijo cuando lo analizó, y es que el totemismo es muy visual al respecto. En la sociedad totémica, cada uno de los clanes de una cierta tribu se supone que desciende de un animal mítico o un antepasado mítico, que les da a todos una unión. Ese animal se usa como símbolo del Clan, de modo que el propio “Dios” de la tribu pasa a ser la representación de la misma tribu. La sociedad, así, es lo que representa el Dios.

Aún así ¿por qué las religiones que surgen son diferentes? Sencillo, porque cada mitología representa el conjunto de valores y actitudes de una determinada sociedad ante la vida. Sus ideales de virtud, de lo correcto, de lo malvado, todos quedan representados en su propia religión, y cristalizados de esta forma en un conjunto de normas de acción que sirven como ley local, o como soporte para el conjunto de leyes de esa sociedad.

Y por eso las religiones despiertan unos sentimientos tan fuertes en el individuo, porque cuando se lucha por Dios, o se ofende a Dios, lo que en realidad se está haciendo es luchar por todo lo que esa sociedad ha creado y ha valorado. Se lucha por el Nosotros contra el Ellos, y se ofende todo lo que uno es. Y ante eso, las emociones afloran, potenciadas por el conjunto de rituales religiosos que esa religión lleva adelante para fortalecer ese vínculo.

Y ahora, en la sociedad moderna, ¿qué significaría el laicismo entonces? Si no hay Dios, ¿quién ocupa su lugar como símbolo total de la sociedad? ¿La Constitución? ¿La Ciencia? ¿Los Derechos Humanos? O, quizás ¿la economía capitalista y el consumo desmedido?

Costán Sequeiros Bruna

Estos son los comentarios que tenía en el antiguo blog:

post 10-1

post 10-2

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