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Reflexiones personales

Los extremos dentro de los movimientos sociales

extremos movimientos 1A menudo se plantea la cuestión de hasta qué punto los movimientos sociales son homogéneos o están llenos de divisiones internas. Sin duda, en todos los casos es más lo segundo que lo primero, ya que son todos grandes conjuntos de ideas articuladas sobre las acciones de grupos y colectivos diversos. Ahí radica su fuerza, pero también a menudo puede ser fuente de debilidad.

Esto se debe a que dentro del conjunto del movimiento siempre existen extremistas que comparten solo parte de los supuestos centrales pero muchos otros son exagerados por encima de lo que los demás comparten. Es el caso del black bloc dentro del movimiento antiglobalización, que considera que la lucha por una mayor equidad debe hacerse por la fuerza y no únicamente con manifestaciones pacíficas; o el caso de los luditas dentro de los movimientos anticapitalismo, que en su defensa de la lucha contra el capitalismo abogan por la destrucción de las máquinas y la vuelta a una vida más primitiva; o el caso de las hembristas en el movimiento feminista, que abogan por poner a las mujeres por encima de los hombres.

Cada movimiento social tiene así sus extremos y es importante reconocer su existencia así como la del resto de colectivos que lo articulan. Así se reconoce la diversidad interna del movimiento, pero también los puntos de fricción que en su seno existen, porque precisamente la existencia de distintas corrientes es el origen de cismas y rupturas internas (por ejemplo, la tendencia de la izquierda política a dividirse en muchos grupos pequeños con variaciones más bien menores en su ideología).

Y es importante tener en cuenta que los extremos nunca representan al conjunto. En la medida en que solo aceptan algunos de los supuestos y exageran otros, los extremos se vuelven una especie de sombra retorcida del conjunto del movimiento, rechazado incluso por sus propios compañeros de movimiento en muchas ocasiones. Suelen ser grupos pequeños de gente que comparte esa visión y se refuerzan positivamente unos a otros, animándose a seguir con sus actividades aunque el resto del movimiento no las comparta.

extremos movimientos 2Precisamente por esto, no se puede juzgar al movimiento por sus extremos. A menudo, sin embargo, esto es ignorado por aquellos que desconfían o se oponen al movimiento en su conjunto, buscando potenciar sus aspectos más negativos como modo de deslegitimarlos ante la opinión pública. Y esto es importante porque, incluso con los movimientos más grandes, nunca abarcan a toda la sociedad (si lo hiciesen, ya habrían transformado la opinión de la misma y cumplido su función). Es una herramienta política de aquellos que se sienten atacados en sus ideales e intereses el escudarse detrás de la existencia de grupos muy minoritarios, para contaminar con ello la imagen del conjunto mayoritario. Así, igual que el black bloc no hace que el movimiento antiglobalización sea violento las hembristas no tienen una conspiración real que empañe la lucha por la igualdad del feminismo y el 15-M no estaba compuesto exclusivamente por punkis anarquistas como decía la derecha.

La representatividad de los movimientos sociales siempre es un tema espinoso, en la medida en que estos se enfrentan a la duda de a quienes representan y los distintos colectivos intentan hacer vez que representan a un interés minoritario o al interés general, según les convenga. Pero, en realidad, el movimiento solo representa a los que forman parte de él, y cada una de sus corrientes hace lo mismo con sus partes constituyentes. Si el movimiento anticapitalista está formado por un 10 % de la sociedad (imaginemos) habla solo en nombre de ese grupo pero, al mismo tiempo, la existencia del mismo le legitima para actuar en la defensa de su visión del mundo; si dentro del movimiento anticapitalista hay un 1 % de luditas (0,1 % de la sociedad general) este grupo mucho menor legitima a su grupo a actuar en defensa de esos intereses concretos, lo cual puede empañar la imagen general del movimiento que es mucho más grande y que no comparte los supuestos de ese subgrupo.

Por ello, es importante diferenciar las numerosas corrientes internas de cada colectivo, prestar atención a sus voces dispares de modo que se pueda separar los enunciados comunes de todos (generalmente, la lucha contra algún tipo de desigualdad) con las formas concretas en que toma esa lucha en cada grupo, la visión del mundo que tendrían después de la victoria, o las bases ideológicas que articulan. Así es como se diferencian las ideologías compartidas entre todos ellos, con las que causan fracturas internas y externas, las que pueden ser usadas por rivales y las que pueden debilitar o fortalecer a los aliados.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas de la posición de los extremos existentes en los movimientos sociales?

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