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Sociología

Panóptico: el Poder de la Mirada

En el siglo XVIII, la sociedad se enfrentaba a un cambio radical: la masificación de las ciudades a niveles nunca conocidos, derivada de la Revolución Industrial. Los medios antiguos de imponer la ley (basados en sancionar a unos pocos con medidas muy duras para prevenir que los demás actuasen) dejan de ser efectivos, ya que el gran número de gente hace que sea prácticamente imposible controlar a los elementos perniciosos que pueda haber actuando en un momento dado. La sociedad necesitaba nuevas medidas de seguridad.

Y es en este marco que Jeremías Bentham propone la idea de Panóptico en su libro de 1791. La idea estaba pensada para grandes instituciones que necesitasen controlar a sus elementos, desde prisiones a hospitales. Consistiría en una edificación circular en cuyo anillo exterior se colocan las celdas y en el interior una torre. Las celdas tienen ventanas al fondo, de modo que se puede ver su interior desde la torre central gracias al contra-luz. Por el contrario, desde las celdas no se puede ver lo que ocurre en la torre, porque está a oscuras. Así, los presos nunca pueden actuar mal, porque no saben cuándo los guardias de la torre los están vigilando. Además, desde una celda se pueden ver muchas de las otras, de modo que los presos también se vigilan unos a otros. Nunca llegaron a construirse muchos panópticos, pero la idea ha germinado y ha evolucionado mucho desde entonces. Y es que el poder de la mirada, el juicio de los pares, ha sido siempre uno de los inhibidores más poderosos para las conductas desviadas de todo tipo.

Ahora saltemos a nuestros tiempos. la mirada continúa con su poder, y ha construído un panóptico invisible en torno a nosotros, como denuncia Foucault. Cada vez más y más información nuestra es puesta a disposición de los demás, y cada vez que alguien accede a esa información (desde cuentas bancarias, a cookies en nuestros ordenadores) está mirándonos y viéndo qué hacemos y cómo somos, sin que nosotros lo sepamos. Es como las grandes pantallas de televisión bidireccional, elemento tan aterrador en la novela 1984 de Orwell (lectura imprescindible, por cierto). Se genera así un panóptico donde los nuevos medios de comunicación de masas permiten no sólo que todos nos vigilemos unos a otros, sino que el mismo sistema nos vigile con mayor capacidad cada vez (pensad en los planes de Microsoft contra la piratería, o la capacidad de Hacienda, las cámaras de tráfico en las calles o tantas otras cosas). Caso arquetípico de esto son los planes del Presidente Bush y su Total Information Awareness System.

Y es que el panóptico está tan dentro de nosotros, el control tan aceptado que hemos llegado a niveles más próximos a los de Mundo Feliz de Huxley (otra lectura imprescindible) que los de la obra de Orwell. Y la de Huxley es mucho más terrible y compleja, por cuanto los elementos integrados en ese sistema lo aceptan sin dudarlo, lo consideran natural. No existe movimiento de oposición, ya que al fin y al cabo es por su propio bien. En la sociedad actual, a menudo se ve algo similar, espoleado por el terror que los medios de comunicación se esfuerzan por introducir en nosotros. Creo que fue en Fahrenheit 911 de Michael Moore donde mencionan el dato de que, aunque la criminalidad ha disminuído en Estados Unidos, la gente ve mucha más criminalidad retransmitida por la televisión que nunca antes.

Y ahora surgen las casas domóticas, controladas por internet, y su siguiente paso será una sociedad domótica. Y la enorme cantidad de información que se generará sobre cada individuo podrá ser solamente manejada por un ordenador, el único capaz de tener la potencia de procesamiento necesaria para algo por el estilo. Es irónico que, en esta sociedad, incluso las élites dominantes quedan a merced del ordenador, ya que sobre ellos también se genera tanta información como de los demás, estando así sujetos a la mirada de los demás como todo el resto. Al menos a la de sus pares. Así que, irónicamente, los guardias de la torre pasan a estar en otra sociedad panóptica a su vez, ya que todos se pueden vigilar entre si. ¿Y quién gana entonces?

La sociedad, la máquina, el engranaje, el ordenador. Es lo único que está fuera del panóptico porque es el panóptico. Lo permea, está dentro, está fuera y está alrededor. Como la esfera del Universo de Demócrito, es todo lo que existe.

De todas formas, quizás me haya salido un post un tanto terrible de más, y no soy dado a las profecías oscuras ni mucho menos. Hay margen de esperanza, se puede luchar contra el panóptico porque aún no está terminado, aún no está interiorizado por completo. Foucault habla de ello, los sentimientos hablan de ello, las novelas hablan de ello. Aún lo vemos, no se ha vuelto completamente invisible. Se puede luchar contra la torre, se puede luchar contra todo. Se puede cambiar. Pero el cómo voy a dejar que cada uno lo piense por si mismo, pues eso es el comienzo de la lucha, pensar por uno mismo, el individuo, los sentimientos, lo que nos hace humanos. Y ya os adelanto que no pasa por la negación de la modernidad y sus elementos.

Costán Sequeiros Bruna

Estos son los comentarios que había en el antiguo blog:

post 4-1

post 4-2

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