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Quince días después de las elecciones, el caos

elecciones ingobernable 2Han pasado dos semanas desde las elecciones del 20D y los resultados ambiguos de aquellas están demostrando ser más complicados de gestionar de lo que yo mismo esperaba. Cuando analicé los resultados de las elecciones en su momento, lo cierto es que esperaba de los políticos una capacidad de hacer política, de negociar y debatir que, lamentablemente, están demostrando que no poseen. Y lo demuestran por la puerta grande, sin duda.

Llevamos dos semanas desde las elecciones y cada partido parece más interesado en el conflicto que en la búsqueda de soluciones, en un choque a toda velocidad que parece augurar más enfrentamientos que respuestas. Cada vez más, distintos sectores hablan de la España ingobernable, de que vamos camino de unas segundas elecciones, del paralelismo en la situación española con la catalana (paralizada de modo prácticamente definitivo tras el reciente rechazo de la CUP a Mas), etc. El problema es que, en realidad, la alternativa es lo desconocido, una vez más.

Ir a unas segundas elecciones tan seguidas, con la larga ristra de las que llevamos, sin duda abre un escenario incierto donde los partidos en general arriesgan mucho sin ningún tipo de pista sólida sobre el resultado que podría venir. Tras una nueva campaña, con el descrédito generalizado de la población en una élite política camino de un fracaso estrepitoso, los resultados pueden moverse en cualquier dirección, y es difícil saber cual va a ser. Pero empecemos partido a partido antes de llegar a unas conclusiones globales.

Primero, el PP se ha apresurado rápidamente desde el principio a hablar de ser los vencedores de las elecciones, ignorando el mal resultado obtenido y el hecho de que, en realidad, no hay ningún modo realista en que puedan formar gobierno. Votarles bien puede ser inútil, en la medida en que el resto del hemiciclo se les sigue enfrentando, y sólo una huida masiva de votos desde Ciudadanos podría solventar esto, algo bastante improbable. El resultado es que, en buena medida, el voto útil se escapa del Partido Popular, que siempre lo ha abanderado, porque no pueden formar gobierno, lo cual puede tener un impacto imprevisible sobre sus votantes, que bien pueden buscar otras soluciones intermedias o puede que reúnan fuerzas en torno a su bandera. Sin duda, para el PP, unas nuevas elecciones son una apuesta muy arriesgada, con mucho que ganar y que perder, aún cuando el sistema electoral les beneficie. Y la imagen desgastada de Rajoy probablemente no sea la mejor baza.

elecciones ingobernable 3El PSOE parece decidido a suicidarse políticamente y es, probablemente, el más difícil de analizar desde fuera. Por un lado, presentaron a un candidato nuevo y joven pero sin poder real en estructura del partido, esperando o que salvase el papel (improbable) o que se estrellase sin dañar la imagen de los demás. En el fondo, creo que por tanto lo usaron como chivo expiatorio por adelantado, el problema es que ha obtenido un resultado que podría abrirle las puertas de la Moncloa pese a ser malo, lo cual ha despertado iras y envidias. De modo que los barones territoriales han sacado los cuchillos y han enfrentado a toda la maquinaria del partido contra su propio candidato, en una batalla fratricida que amenaza con partir el partido en dos. Por un lado, tras estas luchas, ir a unas elecciones con Pedro Sánchez sería suicida porque su imagen ha sido prácticamente destruida por el propio partido, pero presentar a otro candidato (especialmente un barón territorial conocido) solo demostraría que todo ha sido una lucha por el poder interno y, por tanto, que han traicionado a los votantes por sus propios egoísmos. El resultado es que, se plantee como se plantee, unas nuevas elecciones probablemente sean una prueba demasiado dura para el PSOE, que se enfrenta a una situación donde tiene mucho más que perder que por ganar.

Podemos está en otra situación de desequilibrio. Por un lado, unos meses más de campaña pueden servirle para afianzar estructura y usar la experiencia de la campaña anterior para arrastrar más votantes desilusionados con el PSOE tras su actual guerra interna. El hecho de que defiendan tan acérrimamente sus líneas rojas (especialmente el referéndum) puede complicar esto para atraer a votantes de otros partidos; además, el descrédito con el sistema electoral puede hacer que el voto a Podemos pueda aparecer como voto inútil en la mente de alguna gente (como IU antiguamente), de modo que haya un cierto trasvase de vuelta al PSOE. El resultado es que Podemos tiene mucho por ganar, pero también mucho por perder en unas nuevas elecciones.

Ciudadanos es, sin duda, el caso más paradójico. Tras hacer una campaña de oposición y de mensajes de cambio, nada más pasan las elecciones, deja claro que están dispuestos a pactar inmediatamente la investidura de Rajoy y, con ello, contradecir a la mayor parte de su campaña y base. El resultado es que es un partido con más ansias de suicidarse políticamente incluso que el PSOE, y parece complicado, que va a tener muy difícil encontrar un nicho viable de cara a las nuevas elecciones que se produzcan salvo que cambien la dirección del barco. Así que Rivera, probablemente, tenga mucho más que perder que por ganar en caso de que se repitan elecciones en breve.

Izquierda Unida no creo que vea grandes cambios, acaso algo de crecimiento si Ciudadanos u algún otro se desploma, pero en general permanecerá como siempre. UPyD ni está ni se la espera ya. Los nacionalistas probablemente no vean grandes cambios, acaso en Cataluña con la campaña solapada entre las nuevas generales y las nuevas autonómicas, pero dudo que haya cambios en las demás en ese sentido.

elecciones ingobernable 4El resultado general es que un escenario de nuevas elecciones anticipadas es uno muy volátil, de apuestas muy altas y resultados muy inciertos, donde los partidos en general tienen más que perder que por ganar. Serían unas elecciones donde la campaña probablemente jugase un papel importante, porque muchos deberán construir una narrativa clave sobre lo que ahora estamos viviendo y quienes son los culpables del fracaso, pero a la vez también serán campañas construidas sobre una mayor apatía de la gente, cansada de tantas elecciones, campañas y demás. Probablemente con menor participación y, es probable que también, arrojarán resultados iguales de inciertos que los actuales, aunque sean distintos.

Es por todo ello que, en buena medida, me parece un error que se llegue a esa situación. Un error estratégico por parte de los partidos, pero también de sus líderes, de sus ambiciones y de la capacidad de anteponer el conjunto sobre sus intereses individuales. El caso de Ciudadanos y el PSOE es particularmente claro como ejemplos de trabas autoimpuestas que les pueden pasar facturas muy altas, pero los demás no necesariamente se encuentran en buenas situaciones para sacarles partido.

Como siempre, el tiempo dará respuestas a todo esto, pero no puedo dejar de pensar que es probable que, como en el caso de Cataluña, la solución no pase por un acuerdo político entre partidos, sino por un gran debate social desde las bases. Ahora, más que nunca, debemos demostrar una madurez mayor de nuestra democracia en su sentido verdadero: el gobierno del pueblo.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas de la situación actual?

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