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Sobre la SOPA y la Libertad en Internet

Entre el maremagnum de escritos en protesta sobre la ley SOPA, yo añadiré mi pequeña voz al mismo. Pero, en la línea de la temática del blog, lo haré desde una perspectiva sociológica. Así que no hablaré aquí de la obvia falta de entendimiento sobre el funcionamiento de Internet que muestran los legisladores americanos, del daño que pueden hacer al mercado de Internet mundial, de la existencia de alternativas que la SOPA no puede vigilar, etc. Todo ello, cierto como es, lo dejo a economistas e informáticos, más preparados que yo para ilustrarlo.

Echemos una pequeña mirada atrás. En 1989 cae el Muro de Berlín, y con él comienza el proceso de desintegración de la URSS. Es la fecha que la mayor parte de autores toman como referencia a la hora de marcar el comienzo de la globalización actual. Avancemos unos años, y nos encontraremos en los 90. El modelo económico está cambiando: las empresas que más valen ya no son las que más bienes producen, sino las que producen bienes de alta tecnología, las que crean patentes, las de Internet. Incluso hubo una pequeña crisis económica en Estados Unidos con la “Burbuja de las .com”.

Esto ha llevado a autores tan ilustres como Manuel Castells a hablar de un cambio en el modelo de sociedad. Habíamos pasado de un mundo industrial, al postindustrial y finalmente a la Sociedad de la Información. De ella ya he hablado, pero como es el nexo clave, voy a dedicarle un poco de tiempo de nuevo.

La Sociedad de la Información, en la que vivimos, dice que cada vez más lo que prima en la economía y en la producción de riqueza es el conocimiento: su generación, su manejo, etc. De ahí que surjan modelos de empresas como las que aprenden, por ejemplo. Esto se debe a que cada vez es más fácil sustituir a la mano de obra menos cualificada por robots o llevandose las empresas a lugares donde es más barato producir; sin embargo, con lo que no pueden competir esos lugares es con la formación. Esto implica que, cada vez más, los países del Primer Mundo se especializan en la producción y manejo de la Información, en compartirla, modificarla y mejorarla, desarrollarla en busca de nuevos inventos, nuevos cambios y nuevos descubrimientos.

Ahora retomemos un punto anterior un momento. En torno a 1989 estaba apareciendo y desarrollándose Internet, extendiéndose lentamente. Para los 90s, la Red ya estaba en pleno auge. La conexión entre Internet, globalización y Sociedad de la Información es, por tanto, inevitable e innegable. ¡La propia Sociedad de la Información se articula como una Red, a semejanza de Internet!

Esto se debe a que, hasta ahora, Internet ha permitido un flujo constante e ininterrumpido de información de un lado a otro del mundo, libre de cualquier tipo de control o censura en la mayor parte del globo. Era un espacio de libertad, comunicación de ideas, aprendizaje y creación/modificación de información. Justo lo que la Sociedad de la Información necesita para crecer y desarrollarse. Sin ella, simplemente, la Sociedad de la Información languidecerá.

Si la información no está libremente al acceso de todos, el aprendizaje se ralentiza, el manejo de la información se vuelve más limitado y primitivo a medida que la información es restringida, y su creación más dificultosa a medida quelas bases para los siguientes pasos están bloqueadas por sus copyright. Nuestra sociedad entera dará un paso atrás, de la Sociedad de la Información de vuelta a la Sociedad Postindustrial, y en ese marco, ¿quien puede competir con la mano de obra más barata de los países en vías de desarrollo? Numerosísimos servicios (la base de la Sociedad Postindustrial) ya han sido enviados a esos países, como por ejemplo los teléfonos de atención al cliente. Si damos el paso atrás, la crisis económica que vivimos se volverá insuperable, y ante la falta de salida nuestro estilo de vida completo se degradará para poder competir con esos países.

Pero no sólo eso, el enriquecimiento cultural de la gente se verá seriamente dañado: conoceremos menos música, habremos leído menos novelas en nuestros libros digitales, habremos visto menos cine. Porque hay una asunción enormemente falsa en la lucha contra la piratería: se supone que cada uno que ve o usa un libro pirata supone una pérdida para el mercado. Sin embargo, eso no es cierto, cuando nuestros bolsillos son limitados, simplemente no iremos a ver esas películas o leer esos libros, y nos quedaremos sin hacerlo: con lo que el dinero seguirán sin ganarlo, y nosotros no nos habremos enriquecido culturalmente.

Por todo ello, sistémica, económica y culturalmente, la SOPA es una aberración. Internet debe ser lo más libre posible, porque de ella depende en gran medida el siguiente descubrimiento científico que se haga, el siguiente avance cultural, el siguiente desarrollo económico. Y de ella dependemos nosotros cada vez más para desarrollarnos como personas, complejizarnos, aprender y evolucionar. Cerrar los ojos a esa realidad y luchar contra ella es desear que vuelvan los coches de caballos o ser un necio ignorante.

Costán Sequeiros Bruna

Estos son los comentarios del antiguo blog:

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