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Reflexiones personales

La muerte de la democracia

Franco y Hitler son historias muy distintas sobre cómo se produce la muerte de una democracia.
Franco y Hitler son historias muy distintas sobre cómo se produce la muerte de una democracia.

La imagen más habitual de cómo se produce la muerte de una democracia suele tener que ver con un general inspirado, que saca los tanques a las calles y da un golpe de estado. Ejemplos de esto hay numerosos, desde Franco en España a Pinochet en Chile. Sin embargo, aunque el final pueda ser por medios militares, la realidad es que esas democracias ya estaban heridas de gravedad antes de los eventos que llevaron a su final.

La democracia, como sistema, es al mismo tiempo muy fuerte y muy frágil, y ambas cosas por la misma razón: la legitimidad. La legitimidad, si lo resumimos mucho, es el conjunto de razones que llevan a que la población de un Estado acepte que el gobierno que tiene en un momento dado es válido y aceptable. Sea por motivos tradicionales o motivos legales, porque ha sido elegido por el pueblo o cualquier otra razón, la legitimidad es clave para todo sistema político si no se quiere estar enfrentando a continuas revueltas y disturbios.