Categories
Ocio

Andor: Represión y rebelión

Portada de Andor, en Disney+.
Portada de Andor, la historia humana de cómo comienza la rebelión contra el Imperio.

Andor, la nueva serie de Star Wars, toma la estela de Rogue One pero va mucho más allá de la misma. Se aleja de las grandes aventuras espaciales, de la Fuerza, de los personajes famosos y carismáticos, para contarnos una historia de gente cotidiana que se ven lanzados a un mundo brutal. Es una historia, en última instancia, sobre el poder de la opresión y la resistencia a la misma, dura y oscura como Star Wars no suele ser, donde el precio de las cosas nunca es barato ni lo que ocurre es blanco o negro. Es una serie inteligente, donde los personajes actuan con inteligencia pero además trata al espectador como alguien inteligente, capaz de seguir una historia lenta pero compleja, donde cada pieza va encajando con las demás progresivamente. Y está sustentada en unas interpretaciones brillantes y unos guiones espectaculares que hacen que una situación cotidiana como tres personas hablando en un salón se convierta en una escena extremadamente tensa por todo lo que está en juego, el contexto, lo que se dice y lo que se calla. Todo ello hace que sea especialmente interesante como análisis de nuestra realidad, del funcionamiento de nuestras sociedades y de las personas que en ellas viven.

A la hora de entender Andor, hay que empezar por el punto de partida: el tema central de la serie. Y, advertencia desde ya, en este post va a haber spoilers, así que recomiendo ver primero la serie para haceros vuestras propias ideas antes de leer las mías. Dicho lo cual, vamos al meollo, a esa galaxia muy muy lejana que, esta vez, se siente muy muy cercana.

Categories
Actualidad

Racismo y poder en Estados Unidos

En plena pandemia del COVID, el racismo se ha convertido en una noticia aún más acuciante.

Parece increíble que tengamos que hablar de esto en este momento. Racismo, en el país más afectado por el coronavirus. Un país que ha tenido una de las peores respuestas y planificaciones al respecto, que acumula más muertos por la enfermedad que durante toda la Guerra de Vietnam, que tiene un presidente que prefiere no hacer nada o recomendar cosas absurdas a realmente planificar y tratar de solucionar un problema tremendo. Y, sin embargo, pese a todo ello, desde hace unos días, la noticia es el racismo.

El 25 de mayo de 2020, George Floyd fue asesinado en Minneapolis. El asesino, un policía blanco, mantuvo su rodilla sobre su cuello con la colaboración de otros compañeros, durante nueve minutos, aunque Floyd señalaba que no podía respirar y ya estaba totalmente reducido. El “crimen terrible” por el que Floyd perdió la vida es que, supuestamente, compró un paquete de cigarrillos con un billete de 20 $ falso. La policía, cuyo lema en Estados Unidos es “servir y proteger”, mató a un hombre negro que estaba cooperando y estaba inmovilizado, sin que hubiera ninguna razón para ello. Y las calles de Estados Unidos estallaron a medida que se extendieron las protestas y escalaban en fuerza y violencia, pese a la pandemia presente. Sus últimas palabras, tal y como salen reflejadas en el video de su asesinato, son “no puedo respirar”, que actualmente se han vuelto uno de los lemas de las protestas, junto con el slogan “las vidas negras importan”.