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Reflexiones personales

El descuido de las infrastructuras y la crisis

infrastructuras 1Desde el comienzo de la crisis, hemos visto cómo el Estado de Bienestar era recortado continuamente en nombre de conseguir ahorros y un Estado sostenible. Era necesario reducir en inversión y mantenimiento, en personal público, etc. porque era la única forma de conseguir una balanza de pagos equilibrada que pudiese hacer frente a las demandas del mercado. En respuesta, la sociedad civil se ha movilizado masivamente en defensa de los colegios públicos, los hospitales públicos, etc. mientras veíamos cómo las listas de espera para un transplante crecían y cómo bajaban el número de profesores por alumno a la par que subían los costes de la educación universitaria. El caso del nuevo hospital de Vigo es especialmente claro. ¿A qué se debe este desajuste entre ambas dinámicas?

En gran medida, el Estado de Bienestar es un invento de más o menos el siglo XIX, cuando los gobiernos empezaron a ver que la población no era controlable sólo con prisiones e instituciones mentales y que era necesario aumentar el nivel de consumo de la población para dar salida a los productos que se fabricaban. En respuesta a esta doble amenaza (inseguridad y no compra), las clases pudientes “firmaron” un pacto con las clases más desfavorecidas: os garantizamos unos servicios básicos importantes para que llevéis adelante una vida digna y, a cambio, no os rebeláis.