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Reflexiones personales

Confianza: el Cemento de la Sociedad

El profesor Richard Griffis, en sus lecciones de la semana pasaada dentro del curso Configuring the World, puso sobre la mesa una cuestión fundamental que, me he dado cuenta, no había abordado aún en el blog. Así que voy a permitirme coger el ejemplo y parte de su argumento, porque realmente es muy claro e interesante.

Imaginemos una sociedad donde fuese imposible confiar en los demás. En ese mundo, nadie podría cooperar porque la traición sería inevitable. Por ello, cada persona tendría que ser autosuficiente, ya que no podría confiar en que otros le pagasen por su trabajo, o que no le fuesen a atacar simplemente por salir a la calle. De hecho, más allá de eso, en unun mundo sin confianza, no tendría sentido la sociedad: ¿para qué inventar un lenguaje si no vale la pena comunicarse con nadie? ¿Para qué crear símbolos, gobiernos o Estados si es imposible cooperar en el interior de ellos para garantizar nuestra seguridad y el acceso a los bienes que necesitamos? Si realmente vivimos en un mundo donde “el hombre es un lobo para el hombre”, como dijo Hobbes, es imposible que surja ningún tipo de Estado o cooperación que limite eso (lo siento, Hobbes, el Leviathan nunca habría aparecido porque nadie confiaría en él).