A menudo tenemos la sensación de que la Historia es algo que ocurre durante largos periodos de tiempo, como la evolución. Durante siglos, la vida social de la Edad Media es relativamente homogénea. Cierto, cambian los Reyes y reinos, avanzan lentamente los estilos artísticos, etc. Pero, en gran medida, durante casi un milenio la Historia mantiene muchos elementos homogéneos.
Sin embargo, esa percepción sólo se mantiene cuanto más atrás miramos. A partir de esa Edad Media, la Historia cada vez se ha ido acelerando más a medida que los cambios sociales y tecnológicos provocaban nuevos cambios cada vez más rápido. El Renacimiento sólo dura unos dos siglos, y ya dentro del mismo incluye cambios históricos muy importantes como la aparición de los gobiernos centralizados, la imprenta, etc.