No me gusta nada hacer una crítica de algo que no he leído completo, pero me temo que esta obra de Hannah Arendt es improbable que jamás llegue a terminarla porque no me convence prácticamente desde la primera palabra. Y, a veces, esas críticas también hay que hacerlas aunque sea de obras leídas de modo incompleto, porque sino es fácil que se pierdan las voces de aquellos a los que no les ha gustado un libro. Y lo dejo claro desde ya, yo soy de ellos, en mi opinión La Condición Humana es un mal libro.
A lo largo de la obra, me temo que Hannah Arendt trata de rastrear un poco aquello que identifica a los seres humanos cuanto a tales, y cómo se ha visto a lo largo del tiempo. Lo cual, inevitablemente, nos lleva a una obra básicamente filosófica, sin pruebas de prácticamente ninguna de las afirmaciones que se hacen en ella. Lo cual no sería terrible si al menos se argumentase sobre ello, pero en buena medida la argumentación se basa en cuestiones lingüisticas (qué significaba para los griegos o los romanos palabras como “público”, o cuándo surgió el término “social”) que no son desde luego anecdóticas pero desde luego no son soporte para una argumentación sobre el funcionamiento del mundo a lo largo de la historia de más de 350 palabras.
Esto lleva a la obra a tres pilares de lo que ella entiende que es el funcionamiento de lo humano en sociedad: por un lado está lo público que se entiende como algo así como la esfera de la acción conjunta. Pero no se debe confundir con lo social, que surgiría después, ya que a diferencia de este no se basa en la uniformidad del conjunto con normas y demás, sino en la posibilidad de que haya lugar para la excelencia individual, para la gesta.
La segunda esfera es la de la labor, que viene siendo la cuestión de la supervivencia individual. Así, en la Condición Humana, Hannah Arendt incluye como labor cuestiones que van desde lo meramente fisiológico como respirar a las más complicadas como la reproducción. Pero, en gran medida es una esfera dominada y construida sobre la base biológica.
La última, la del trabajo, es la que se organiza en torno a la cuestión de construir cosas. En la medida en que el hombre es constructor de cosas, complejas o sencillas, realiza y avanza en esta tercera cuestión.
Sinceramente, luego hay un par más de capítulos para la cuestión de la acción y la opinión, así como la puesta al día de esos conceptos en el mundo de mediados del siglo XX, pero me temo que yo me había aburrido muchísimo antes como para compartir nada de lo que ahí pueda exponerse.
En resumen, me temo que Hannah Arendt se dedica a dar vueltas y vueltas sobre tres cosas más o menos básicas, que ella se saca de la manga sin llegar nunca a argumentar sólidamente que encajen en la realidad más allá de que ese era el significado de las palabras originales. El resultado es un libro aburrido, que a mi me resultó pesado pese a que está bien escrito y que, en última instancia, me aportó más bien poco. No os lo recomiendo.
Costán Sequeiros Bruna
Y tú, ¿qué opinas de la Condición Humana?