Categories
Libros

Crítica de Libro: Más Allá del Bien y del Mal

Una de las obras magnas de Friederich Nietzsche, este librito es una peculiar colección de textos. Organizado en casi 300 pequeños capítulos (algunos tan cortos como una frase o dos, otros de hasta un par de páginas) con una vaga relación entre ellos, es una caótica exposición de afirmaciones sobre muy diversos temas.

Pese a haber sido escrito hace más de un siglo, y de que mucho ha cambiado la sociedad desde entonces, hay que reconocer el gran mérito del libro, que no sólo resultó revulsivo en su época, sino que en muchas de sus afirmaciones sigue siendo controvertido e incluso provocativo hoy en día. Así, Nietzsche plantea muchos grandes interrogantes, que incluso la sociedad moderna debe discutir, especialmente los dedicados al poder y la voluntad. Obviamente, el problema con este formato es que algunos de los capítulos son fascinantes, mientras que otros son enormemente aburridos.

Lo más destacable en mi opinión, es la discusión que Friederich plantea aquí entorno a la importancia de que no sólo cada uno seamos diferentes, sino que unos sean superiores a los demás. Es más, su punto de partida incluye eso como un hecho, no como un objetivo. El problema es que la filosofía, la moral y la religión han hecho que lo que prime a nivel social sea la integración, el dar a los demás, y el “ser uno más”, con lo cual los hombres superiores acaban por amoldarse a la mayoría y no aprovechan sus superioridades en modo alguno. Para Nietzsche, esto es una barbaridad, y un error que es importante corregir, para que la humanidad pueda llegar a un nuevo estadio de avance social y saque el mayor potencial a sus posibilidades.

Para esto, resulta necesario que la gente desarrolle una creciente voluntad de poder: osea, que ansíen el poder, que lo busquen, y compitan y planeen para obtenerlo. Es en este conflicto donde los mejores destacan, y donde los mejores usan su voluntad superior de poder para dominar a los demás.

Por tanto, regresando al presente, es obvio que algo de cierto había en las afirmaciones de Nietzsche: es cierto que hay gente más dotada para esta o aquella tarea. No todos podemos ser Ronaldo, por ejemplo, pero probablemente Ronaldo no podría componer una Sinfonía. La cuestión es, entonces, si alguien es mejor que los demás a la hora de dirigir un país, ¿tiene derecho a ejecutar esa dominación sobre los demás?

Afirmar que “sí” puede iniciar el camino hacia el Nazismo (ojo, Nietzsche no era Nazi, no digo eso, pero si que es cierto que Hitler usó partes de su obra descontextulizadas para fundamentar su posición), pero negarlo puede alentar a la potencia de una mediocridad. En la democracia, por ejemplo, es un viejo debate: ¿es adecuado que todo el mundo tenga un voto que vale lo mismo? ¿Por qué debe decidir igual un panadero, que un experto en política e ideología? ¿No es probable que el segundo entienda mejor las consecuencias, y por tanto escoja mejor al candidato adecuado para gobernar?

Lo cierto es que no es un tema difícil de solucionar. No, al menos, si se plantea en términos de la eficacia del gobierno que se elige. Sin embargo, en mi opinión, la clave no está en lo bien o mal que lo haga un gobierno, sino en el hecho de que sea el gobierno de una sociedad, y para eso, debe ser escogido por la sociedad. Y sociedad somos todos por igual.

Es por ello que, en ocasiones, resulta enormemente interesante enfrentarse a los textos que exponen las percepciones “desde el otro lado” y escuchar sus argumentos. Y, en este sentido, Nietzsche es una lectura de lo más interesante. Os lo recomiendo.

Costán Sequeiros Bruna

Este es el comentario del antiguo blog:

post 54

Y tú, ¿qué opinas?

Leave a Reply

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.