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Sociología

El Crimen Global

Si cogemos cualquier película de mafias, lo que veremos es una inestable tregua entre familias y grupos que, pronto, acaba estallando en guerras violentas y salvajes. Esa es la historia de El Padrino, por ejemplo, el referente más clásico del género. Sin embargo, en el mundo real, la mafia no se comporta de esa manera, al menos no de un modo tan claro y, desde luego, menos a medida que la globalización avanza.

Según el análisis que hace Castells en el tercer tomo de la Era de la Información, lo cierto es que el hampa se comporta de un modo muy diferente. Lo primero que tenemos es que son grupos localizados claramente, con un fuerte extracto nacional y/o étnico. Esto les permite construir vínculos de confianza, algo imprescindible en un mundo donde la traición es tan viable, asi como construir códigos con lo que es válido y lo que no lo es. La mafia siciliana, la yakuza japonesa, las triadas chinas, el vory ruso, los cárteles mejicanos… todos ellos mantienen sus raíces culturales/geográficas incluso cuando operan fuera de sus fronteras.

Lo cual nos lleva a un segundo nivel: el mundo está dividido entre los diferentes sindicatos. Desde una Italia donde la mafia es reina a las selvas de Colombia con sus cárteles, los puntos claves del mundo para el crimen están repartidos entre los diferentes grupos. Esto no implica que no haya conflicto, pero para los grupos de fuera entrar en cualquiera de ellos tiene un precio muy alto debido a la violencia brutal que cualquiera de los sindicatos puede ejercer.

Esto nos lleva a que, en un mundo globalizado, lo mejor es operar en red. Los mercados principales (Europa, Estados Unidos) son lugares de alta seguridad y alto coste de producción; los lugares de producción (Colombia, Afganistán, etc.) están lejos de allí. Lo cual implica que, para muchos crímenes, interesa construir una red global: cárteles colombianos que suministran a los mejicanos que cruzan la frontera hasta los Estados Unidos y distribuyen el producto en las calles de Nueva York usando a las bandas locales. Ante el alto coste que tiene entrar en un mercado que otros grupos ya controlan, lo más práctico es construir redes globales que permitan poner a todos en contacto y mover de un lado a otro el producto y los beneficios.

Y, entonces, ¿qué hacen todas esas fosas en Ciudad Juarez? La violencia es parte clave del mundo del hampa, sin lugar a dudas, pero la mayor parte de las veces está destinada no a los otros grupos sino a mantener la lealtad de los propios miembros, así como a competir con los otros colectivos de tu mismo país. Cárteles mejicanos contra cárteles mejicanos, por ejemplo, para asegurar el mayor trozo de pastel posible.

Así, surge una red de enorme violencia focalizada, que combina esta con la capacidad de gestión global de recursos y de negocio. Para lo cual aparecen agentes globales como los paraísos fiscales, los procesos de lavado de dinero a escala global, etc. que permiten que este negocio creciente siempre tenga beneficios que repartir. Con lo cual, al igual que la economía legal, la ilegal se ha internacionalizado y abierto nuevas formas de operar que la permiten mantenerse al margen de una ley que todavía no es global, y multiplicar sus beneficios sin aumentar el coste de mantenimiento, personal, armas y sangre. La sangre se queda en la familia.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas sobre esta explicación que da Castells?

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