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Sociología

¿Es el cambio social siempre violento?

conflicto-2Como he dicho numerosas veces, creo que el mundo se encuentra en un punto donde lo conocido pronto pasará a ser cosa del pasado y algo nuevo está surgiendo. Estamos en ese momento en que el futuro mirará hacia atrás y dirá “ese tiempo fue un tiempo de cambio, en el cual se hizo historia”. Igual que nosotros hacemos cuando miramos a periodos como la Revolución Francesa o la caída del Imperio Romano.

Pero, a diferencia del pasado, en esta ocasión no es una situación de crisis de un sistema político concreto (Francia o Roma, por ejemplo), sino del sistema cada vez más globalizado del mundo en su conjunto. Cada sistema siguiendo sus propias lógicas y puntos de ruptura, sin duda, pero todos ellos caminando hacia una creciente deslegitimación de maneras muy diferentes: las primaveras árabes, las crisis políticas de Brasil o Venezuela, el auge de Trump o la victoria del brexit, etc.

Sin embargo, el cambio en el pasado no siempre fue ejemplar en su ejecución. A la Revolución Francesa le siguieron los años del Terror, al colapso del sistema capitalista victoriano y su sistema de Estados le siguieron dos guerras mundiales, etc. Ante esta perspectiva, es inevitable que el cambio de miedo.

Y es que, inevitablemente, el cambio es fuente de conflicto, probablemente una de las principales de hecho. El conflicto se maneja siempre en sociedad, debido a que se basa en visiones contrapuestas de cómo deben ser las cosas: si democracia o dictadura, capitalismo o trueque, etc. Cualquier elemento social es conflictivo tan pronto haya más de una opción a la hora de gestionarlo o más de un colectivo ambicione su control… y, no nos llevemos a engaño, eso ocurre prácticamente todo el rato.

En esto las ideologías juegan un papel central, ya que establecen las alternativas deseables para los distintos colectivos, así como los medios que se consideran adecuados. Al hacerlo, entran en conflicto con otras ideologías que proponen alternativas opuestas, y con los colectivos que siguen esas ideologías. Pero como estas no sólo son una serie de objetivos si no que a menudo son también una serie de medios para alcanzarlos, lo cierto es que son clave a la hora de entender por qué un conflicto deviene violento o no.

conflicto-1Así, los objetivos y razones para alcanzar un objetivo a menudo controlan los caminos. Puede ser razonable pensar en un grupo anarquista centrado en “destruir el sistema” más que dispuesto a usar medios violentos, mientras que otro colectivo anarquista centrado en “crear medios de relación horizontales y sin jerarquía” podría estar perfectamente en contra de la violencia. Por tanto, algunos objetivos e ideologías pueden ser compatibles o no con la violencia como herramienta, ya que igual que la anarquía puede interpretarse de distintos modos en cuanto al combate contra el sistema, sería difícil imaginar a un grupo pacifista usando la violencia como medio de acción.

Por tanto, las ideologías en conflicto son clave a la hora de saber si un cambio social concreto va a ser violento o puede serlo. E, igualmente, a la hora de entender cuán extendida puede estar esa violencia es importante relacionar las ideologías en conflicto con la cantidad de seguidores que cada una tiene.

Un segundo elemento central a la hora de descubrir si todo cambio es violento es la respuesta que dan a la amenaza del cambio las élites en el poder, potencialmente a punto de perderlo. No es lo mismo que se trate de aplastar “la revuelta” con tanques (como en Tiananmen) que el hecho de que la élite huya (como en Túnez durante la primavera árabe) o que la élite esté dispuesta a negociar algún tipo de transición al nuevo modelo (como en España).

Todas estas son respuestas que el poder puede tomar ante la amenaza y van muy relacionadas con el modo en que el poder se había perpetuado hasta entonces. Así, no es lo mismo lidiar con un poder que se ha mantenido en su posición por medio de la legitimación que le daba la tradición, que uno que se ha mantenido por medio de las armas o el miedo. En los primeros la élite camino de la derrota puede aceptarla esperando un trato más suave, por ejemplo, mientras que una oposición virulenta movilizada ante el miedo y las armas a menudo va a ser menos acomodaticia con la élite derrotada.

conflicto-3El tercer elemento clave es el momento del cambio. No es lo mismo el cambio drástico generado por un hecho puntual (un suicidio de un ciudadano como pasó en Túnez, por ejemplo, o una revuelta como la toma de la Bastilla en Francia) que los cambios que se producen en procesos más dilatados en el tiempo (como el ascenso de la burguesía hasta deponer a la nobleza como la clase dominante). A más abrupto, más sencillo es que se produzca por medios violentos, porque las respuestas abruptas a menudo son más viscerales y emocionales y, por tanto, más difíciles de controlar. Al contrario, los procesos más dilatados pueden favorecer momentos puntuales de choque y violencia, pero también suelen ser más propensos a generar transiciones pacíficas a medida que una élite es sustituida por otra lentamente, dando tiempo a que los actores de diversos grupos se vayan ajustando al nuevo equilibrio.

Si combinamos los tres elementos para responder a la pregunta que abre el post, la respuesta es inevitablemente que no, no todo cambio social es siempre violento. La Revolución de los Claveles en Portugal es buen ejemplo de ello. Cuando combinamos por ejemplo opiniones públicas donde el valor de la paz es un elemento central de las mismas (como ocurre en buena parte de Occidente), con sistemas que no han reprimido tanto por la violencia como por el control de las emociones y deseos (como ocurre en el dueto Estado/capitalismo) con un cambio prolongado en el tiempo (en este caso, empezando con la era de la información extendida desde los 90 y dilatándose por lo menos unas décadas más en el futuro), el resultado es que el proceso de cambio social global, al menos en buena parte del mundo, es posible que sea pacífico. Pero no todos los países seguirán los mismos caminos, como se ha visto en Siria y la represión de la primavera árabe allí que ha llevado a la actual guerra civil, o cuando se considera a actores como el ISIS una ideología encarnada de tipo claramente violento para generar un cambio global. Cada esquina del mundo sigue sus propias dinámicas aunque estas se inserten en un modelo de cambio global, y aunque es probable que en muchos sitios este no sea violento, en muchos otros es probable que si lo sea.

El camino, al final, depende de las decisiones de todos aquellos involucrados en él.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas sobre la violencia del cambio que se nos avecina?

PD: que se me olvidaba, infinitas gracias a Celia Becerril por la genial conversación que ha llevado a este post.

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