Categories
Explicando tu vida

Hacemos Todos lo Mismo

Te levantas, te duchas, desayunas, vas al trabajo; a la hora de comer, paras y luego regresas; por la noche llegas a casa, cenas, ves algo de televisión, quizás haces el amor con tu pareja, y duermes. Al día siguiente repites, quizás variando un poco en fin de semana. Y la gente a tu alrededor hace lo mismo.

Aunque aparentemente es el hábito forzado por el mundo en el que vivimos, la rutina es en realidad mucho más que eso. Enfrentarse habitualmente a una serie de situaciones requiere una serie de medidas, que son diferentes para aquellas personas que se enfrentan a situaciones diferentes. Por supuesto, todos trabajamos, pero es diferente quien trabaja en una fábrica, a un oficinista, o un científico, o un abogado. Y esto genera un hábito (habitus que lo llamaría Bourdieu) que a su vez genera una serie de formas de entender el mundo. ¿Recordáis cuando, hace un tiempo, discutíamos cómo actuar condiciona nuestra percepción del mundo?

Bien, pues ahora llevemos eso a un nivel superior. Si todo tu grupo hace cosas similares, acaba pensando igual. Sin embargo, otros grupos sociales piensan de manera diferente. ¿Qué nos dice esto de la dominación de la clase dirigente? La dominación de un grupo sobre otro no se basa, simplemente, en el hecho de tener más recursos y la capacidad de hacer que el otro haga lo que uno desea… sino que se basa también en el hecho de que el sometido no sabe que puede hacer otras cosas.

El dominio, por tanto, está dentro de nuestras mentes. Nos han enseñado, y nos hacen actuar, como dominados, y acabamos aceptándolo. Acabamos entrando en su juego, y nos parece natural. Por tanto, para rebelarnos, para cambiar el mundo, no hace falta hacer grandes cosas, revoluciones ni cambios en el gran mundo, simplemente empezar por no aceptar lo que hacemos sin pensar en ello. Sin darnos cuenta de que, si trabajamos, es por dinero porque lo necesitamos, pero que podría ser de otra manera. Y, si se puede, ir un paso más allá: cambiar nuestros hábitos, pero no dentro de los que nos corresponderían por lo que nos han enseñado, sino incluso más allá.

Por supuesto, esto último es más difícil de lo que parece. En primer lugar, porque todos nuestros amigos y nuestras relaciones generalmente están enmarcadas en el mismo conjunto de hábitos que nos caracteriza a nosotros, lo cual hace complicado (y peligroso, en términos de aceptación social) cambiar eso. Segundo, porque generalmente no sabemos exactamente qué correspondería socialmente a las clases que nos dominan. Y tercero, porque desde la llegada de los medios de comunicación modernos, los hábitos en general de todas las clases se han aproximado mucho, debido a que la sociedad de consumo de masas es eso, masiva.

Sin embargo, todo esto no debería echarnos para atrás. Simplemente darse cuenta de todo ello es un paso adelante, y cambiarlo es algo que realmente está más en nuestras manos de lo que nos dicen, por mucho que parezca lo contrario.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas de esto?

Leave a Reply

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.