Categories
Sociología

La Mano Invisible que nos Gobierna

Acabo de salir de ver la película Jumper y lo cierto es que tiene unas cuantas e interesantes connotaciones sobre la lucha entre la libertad y el control de la sociedad, las leyes y el orden. Pero lo cierto es que, por muy visible que sean los jueces y la policía, la mayor parte del control social nada tiene que ver con ellos. Hace tiempo escribí una entrada sobre el Panóptico aquí, que empieza a abordar realmente el control y manejo de la sociedad. Ahora voy a echar mano de un poco de teoría sociológica clásica para desgranar los mecanismos invisibles que ajustan nuestros grados de libertad.

Según Emile Durkheim, uno de los padres de la sociología, un hecho social es todo hecho exterior al individuo, y que sin embargo controla su actividad y lo condiciona. Lo cierto es que hechos sociales, según esta definición, hay millones, y muchos de ellos son claramente visibles. Las leyes son un ejemplo, los acciones de los gobiernos, la necesidad de trabajar para tener dinero, etc. Pero otros no lo son tanto, y sin embargo probablemente sean incluso más importantes en el mantenimiento del orden en una sociedad.

La educación, por ejemplo, es un poderoso hecho social (o muchos, según si la tomas como conjunto o como cada uno de sus enunciados). Ella nos dice cómo actuar en cada momento, lo que está bien y lo que está mal, quienes son nuestros aliados y nuestros enemigos. En resumen, a movernos en el mundo. Y por ello condiciona y controla nuestros actos. Los demás y su continua aprobación/desaprobación es otro poderoso hecho social, pues todo ser humano es un ser social que busca encajar con los demás miembros de su grupo. Por tanto, actuamos para agradar o desagradar a los demás, pero siempre siendo muy conscientes de las implicaciones que ellos tienen en nuestras vidas.

Pero los hay incluso más abstractos. Uno de ellos es la magnífica magnitud física y matemática llamada tiempo. En términos puros, sólo es un contador, que marca y caracteriza a cada momento. Pero en realidad, el tiempo como todo está socialmente construido. A qué hora debe acostarse la gente, por ejemplo, depende de la que tenga que levantarse para trabajar. Las horas apropiadas para salir de copas no son las mismas que para ir al banco y al resto de la administración. La hora de comer depende de los horarios de trabajo. Y así con todo. El día completo está dividido en parcelas en las cuales hay cosas que son apropiadas y se pueden hacer, y otras que no.

Y así con todo. Os recomiendo que un día de estos que tengáis un poco de tiempo vayáis a un cruce un poco transitado y simplemente os paréis y abráis bien los ojos. Mirad a vuestro alrededor y empezar a identificar todo tipo de elementos ajenos a vosotros, y que sin embargo os condicionan. Algunos, muy claros, como las señales de tráfico… pero seguro que podéis ir más allá, hasta las redes invisibles tejidas por la cultura y la sociedad. Y allí es donde realmente se encuentra el control de la sociedad, pues hasta los más ricos y poderosos se encuentran sujetos y condicionados por ellos.

Costán Sequeiros Bruna

Y tu, ¿qué opinas?

Leave a Reply

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.