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Reflexiones personales

Trump elegido… Y mañana ¿qué nos espera?

trump-2Hace días que varias personas me habían preguntado quien ganaría, si Hillary o Trump, pero me negué a decir nada porque, tras el brexit y el “no” de Colombia todo era posible. Y lo imposible se ha vuelto realidad de nuevo y, por mucho que las encuestas dijeran que ganaría Hillary, Trump se ha hecho con la Casa Blanca. Varias personas me han preguntado qué consecuencias puede tener esto y, aunque es un ejercicio imposible el preveer una presidencia, me parece interesante al menos dentro de unos años ver por cuánto me he equivocado.

El primer punto interesante es que, entre todas sus fanfarronadas y declaraciones de que iba a volver a “hacer América grande de nuevo”, lo cierto es que Trump ha hablado muy poco de su política, de lo que va a hacer si llega a la Casa Blanca o a quien llevaría consigo. Así que, en buena medida, todo es territorio de la especulación y podría salir por peteneras sin ningún problema.

Pero bueno, dejada esa importante aclaración previa, el segundo punto es que mucha gente cree que Trump va a empezar invadiendo medio mundo. Yo discrepo. Algunos de sus objetivos mencionados son inviables (China, por ejemplo) y en otros Estados Unidos ya está involucrado (la guerra contra el ISIS, no hay gran diferencia entre tener tropas “asesorando” y dar un paso más). Además, por cómo es su retórica y su vaga idea de la “Gran América”, me da la sensación de que Trump cae más del lado aislacionista que del imperialista (dos corrientes que se van alternando en USA), de modo que es más probable que intente rechazar la globalización y al mundo en general que involucrarse a fondo en conflictos que probablemente piense que le dan igual.

Por tanto, creo que a la hora de la política exterior, es más probable que Trump intente caer en cierta medida en el aislacionismo, pero se va a encontrar atrapado en una densa red de tratados y acuerdos que le van a vincular a los demás. Salvo que como un loco empiece a sacar a Estados Unidos de las organizaciones internacionales a las que pertenece, es improbable que vaya a poder faltar a esos acuerdos y cables. Quizás, como mucho, podría darse la situación de que, durante cuatro años, USA no entre a formar parte de ninguna de las que puedan surgir y que ponga trabas a las que están en proceso (como el reciente protocolo de cambio climático) pero no creo que vaya a intentar desenchufar a Estados Unidos de los grandes flujos de capital y comercio mundial y, con ellos, del resto de organizaciones. Claro que Trump es Trump, puede perfectamente ser más imprevisible de lo que ha sido hasta ahora…

trump-1Precisamente por su tendencia aislacionista, y porque el partido republicano también controla el Congreso y el Senado (aunque ya volveré a eso), donde Trump puede hacer más daño es en los derechos civiles. Con un presidente dispuesto a “agarrar a las mujeres por el coño” si se le resisten, es improbable que el movimiento feminista, por ejemplo, vaya a poder lograr avances significativos. Y como él el movimiento LFTB, la integración de las minorías “raciales”, la lucha ecologista, etc. Van a ser cuatro años donde los derechos civiles van a sufrir porque, en la medida que le dejen, incluso va a tratar probablemente de hacer retroceder los avances en esos campos, especialmente aquellos recientes o controvertidos (como el matrimonio homosexual). Al fin y al cabo, su visión de la América Grande es una América de blancos, heterosexuales y probablemente protestantes, como “debe ser Estados Unidos” y al resto a poder ser fuera.

Hay gente que, en sus análisis, miran al Congreso y al Senado republicanos como el medio de frenar las mayores locuras de Trump. A mi me preocupa más el hecho de que precisamente esa coherencia en muchos objetivos (como la defensa de las armas) puedan llevar a cambiar la agenda política a muy largo plazo. Un ejemplo de esto es el Tribunal Supremo, cuyos jueces son vitalicios: si escogen a gente relativamente joven para ocupar los puestos que van quedando vacíos, habrá una mayoría conservadora en el Supremo durante muchos años después de que los actuales congresistas y senadores y el mismísimo Trump hayan abandonado sus cargos. Y esto va a complicar aún más la conquista de nuevos derechos civiles y la defensa de los conseguidos.

Además, si bien antes hablaba de que Trump estará internacional y nacionalmente bastante atado por lo ya pactado (acuerdos, organismos y demás), será “interesante” ver cómo actúa ante los nuevos movimientos y demandas que puedan surgir (nacional e internacionalmente) porque ahí su margen de maniobra será mucho mayor. Y, por ello, podrá sacar al “verdadero Trump”.

También me preocupa el mundo fuera de Estados Unidos. El populismo de extrema derecha ya atenaza ciertos países europeos (Le Pen en Francia, el AfD en Alemania, Wilders en Holanda, etc.) y ver de pronto a “uno de los suyos” presidiendo el principal país del mundo les puede dar un importante balón de oxígeno aquí. Las consecuencias de ello, a nivel global, son imprevisibles, pero como mínimo es importante dejar constancia de ello.

trump-3Una de las grandes dudas es cómo va a abordar las brechas que se han creado en su propio país a raíz de todo esto. Ha habido una gran diferencia en el voto urbano con respecto al rural (ciudades como Madison o Chicago votaron demócrata mientras prácticamente todos sus Estados de Wisconsin e Illinois votaban republicano), hasta el punto de que ya ha habido manifestaciones contra él en varias grandes ciudades. Y las brechas que se aumentarán a medida que vaya introduciendo sus políticas en la agenda: las barreras raciales ya bastante exaltadas, la barrera de género que otro tanto, etc. También es interesante notar la diferencia en el voto por niveles educativos, donde la gente formada ha intentado que ganase Clinton, otra barrera más que Trump deberá cerrar.

Y, si soy sincero, no creo que ni se moleste demasiado en ello. Lo más probable creo que será que “tire para adelante” con su visión de la América Grande y si hay que tener manifestaciones de inmigrantes, mujeres o urbanitas todos los días, se tienen. No creo que sea de los Presidentes que se paren a escuchar las movilizaciones civiles y sus demandas. Igual que es probable que no escuche a lobbies y demás por lo mismo, ya que es demasiado ególatra para cambiar de rumbo porque otros puedan proponer otro mejor, probablemente.

Decía antes que varios análisis apuntan al poder del Congreso y el Senado para parar a Trump, y sin duda lo tienen. Pero dudo que lo usen demasiado. Mayoría republicana en ambas cámaras (aunque sin disciplina de voto), las mismas que han visto entrar a miembros del Tea Party en su interior. Probablemente bloqueen algunas de las más locas que pueda proponer, pero yo no buscaría allí un equilibrio largo y prolongado contra Trump.

Especialmente porque, si algo muestran estas elecciones, es que el mundo entero va camino de un cambio social global, violento o no, fruto de la creciente deslegitimación de las democracias del siglo XIX y XVIII en las que vivimos, así como de las dictaduras que gobiernan a otros. Es una ola difícil de detener, que va a seguir arrojando cambios y candidatos “locos” mientras el mundo entero no vaya encontrando modelos de gobierno que sirvan para el siglo XXI y que sintonicen con la población en general. El cambio es inevitable, probablemente, la cosa es cómo lo gestionamos y en qué sentido lo enfocamos.

Y será interesante, complicado y quizás incluso terrible gestionar la ola de descontento que va a suponer el inevitable hecho de que Trump no puede desconectar a Estados Unidos de la globalización, no puede devolver los trabajos que se han ido a China o Kuala Lumpur y no puede, en definitiva, volver a Hacer América Grande. Nadie puede volver a principios del siglo XX, por muy retrógrado que sea su pensamiento.

La última nota que hacer, al menos por hoy, es que la victoria de Trump no es el apocalipsis. Puede ser el hombre más poderoso del mundo, sin duda, pero sigue atado a las cámaras del parlamento, a los tratados internacionales que ha firmado Estados Unidos, a dinámicas políticas que llevan mucho tiempo y cuya solución es complicada, etc. En un mundo globalizado, Trump puede intentar tirar de las cadenas en un sentido u otro, pero todas las personas están atadas al sistema global en gestación. Y, aunque en el interior de Estados Unidos puede que haya cambios y retrocesos importantes, a nivel global es probable que el mundo no vaya a ser tan distinto dentro de cuatro años a como hubiera sido si hubiera gobernado Clinton.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas de la victoria de Trump?

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