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Tropico 6 y su democracia

Carátula del videojuego Tropico 6.
Tropico 6 tiene una interesante y mordaz descripción del funcionamiento de las democracias modernas.

Tropico 6 es un juego de gestión y construcción de ciudades donde jugamos como el Prez, el Presidente de una ficticia nación caribeña llamada Tropico. Más allá de las lecciones e ideas que siempre podemos aprender de estos juegos en torno a planificación urbana, lo que a mi me resulta más interesante es el sencillo pero eficaz modo en que plantea el funcionamiento de la democracia.

Entonces, empecemos por el principio de este tema. El punto de partida es que tenemos que realizar y ganar elecciones cada cierto tiempo. Estas elecciones presidenciales siempre son entre tú y un “otro” que es irrelevante, porque si pierdes las elecciones pierdes el juego, de modo que en realidad funcionan como un plebiscito en torno al apoyo ciudadano que tenemos con nuestra gestión. A priori sabemos de antemano cuanta gente firmemente a favor y en contra nuestra hay, así como el porcentaje de indecisos en el medio, con lo que si hemos ido gestionando bien la ciudad podemos más o menos saber desde el principio que vamos a ganar las elecciones, y si lo hemos ido haciendo mal somos conscientes de cómo de difícil va a ser.

Por como funciona el sistema en Tropico 6, el centro del mismo (que es el centro que realmente tiene una elección democrática) está en el modo en que se conforman las preferencias de los ciudadanos. Para empezar, cada ciudadano tiene un valor de felicidad que depende de una serie de necesidades que quiere ver satisfecha: satisfacción laboral, vivienda, comida, diversión, sanidad… Estas las vamos satisfaciendo a base de construir edificios que les den lo que necesitan en un tiempo razonable, de modo que más y mejores edificios son necesarios a medida que la población va aumentando.

Esta primera aproximación a la conformación del electorado tiene que ver con la pirámide de necesidades de Maslow pero sin su orden: todas las necesidades son simultáneas. Y es una parte muy importante del electorado en unas elecciones reales, debido a que mucha de la gente o se moviliza o se deja de movilizar, o vota en un sentido u otro en base a lo que perciban que el gobierno ha trabajado para que tenga una buena vida. De ahí que cosas como los recortes en sanidad suelen ser medidas muy impopulares que los gobiernos intentan no tomar, disfrazándolos como “reasignación de recursos” o con “privatizaciones para mejorar el servicio”, etc. porque saben que esas medidas impactan directamente en la felicidad de la gente y, por tanto, su voto de cara a la reelección. Y, cuando se toman esas medidas, si pueden intentarán que sea lo más cerca al comienzo del mandato, de modo que a lo largo de los siguientes años esas medidas se vayan olvidando y la gente recuerde como las cosas “han ido mejor” después. Este factor temporal es super importante en cómo se comportan los políticos, aunque desgraciadamente en el juego no se refleja.

Pero otra cosa muy importante que sí que hace Tropico 6 es tener en cuenta la relatividad de la felicidad. Medidores como la sanidad, el trabajo, etc. y la felicidad que generan en un individuo no son valores objetivos, sino subjetivos. No opinamos que tenemos un trabajo bueno o uno de mierda porque realmente los tengamos, sino porque comparamos con otras posibilidades y vemos si tenemos una buena o mala posición en relación con ellas. Hoy en día no creo que nadie quiera vivir como en la edad media, pero como las personas medievales no saben como vivimos hoy en día no se pueden comparar con nosotros y probablemente estuvieran relativamente satisfechos con sus vidas. Tendemos a compararnos con aquellos que entendemos semejantes a nosotros, para ver si estamos mejor o peor (es como funciona la autoestima también), y en este juego la felicidad de los ciudadanos depende de una comparación abstracta que hacen con el resto del Caribe. De modo que una de las mejores formas de mantenerles felices, es usar nuestros servicios de espionaje para fastidiar la vida de la gente del resto del Caribe, de modo que cuando miren allí nuestros ciudadanos piensen que no están tan mal.

Imagen de Tropico 6 con demandas de las distintas facciones en el menú de la izquierda.
En Tropico 6 las distintas facciones ideológicas nos irán haciendo demandas, como se ve a la izquierda.

Pero además de la felicidad, a la hora de que un ciudadano nos vote o no importa también su ideología: ecologismo, conservadurismo, religiosidad, industrialismo… Distintas facciones internas que tienen sus propios valores de apoyo a nuestro regimen. Cada una de ellas tiene distintos numeros de seguidores, que dependen de ciertas decisiones que vamos tomando, especialmente las relativas a las normas que tiene nuestra Constitución y el tipo de edificios que vamos construyendo y como queremos que funcionen, que hacen que haya más o menos personas religiosas, etc. Los periódicos, por ejemplo, en uno de sus modos de trabajo se dedican a esparcir propaganda comunista, haciendo que la gente se vaya convirtiendo progresivamente a esa ideología.

Las facciones nos pueden apoyar más o menos en base a las demandas que ellas nos hacen. Los industriales pueden querer que modernicemos las minas, mientras que los ecologistas nos pidan que aprobemos una ley de reciclaje. Si conseguimos la misión aumentan su favor y si fallamos bajan. Pero a mayores muchas otras cosas les impactan, como la orientación política de nuestros ministros escogidos, haciendo que en todo momento haya facciones más favorables y más opuestas a nuestro gobierno. Y como todo ciudadano en principio sigue la ideología de una de estas facciones, pues el apoyo de estas incide directamente en la aprobación ciudadana que tenemos y las probabilidades de ser reelegidos: y este es uno de los poderes que tradicionalmente tienen los grupos de presión, los sindicatos, etc. A mayores, si sus necesidades no son cubiertas organizarán manifestaciones para exigir cambios, paralizando el funcionamiento de los edificios que hemos construido.

Pero no solo hay que tener contentas a las facciones internas, sino también a las externas. Otros países y potencias interactúan con nosotros con sus propias demandas, pero también a través de las rutas de comercio a través de importaciones y exportaciones. Si nos llevamos bien con ellas nos enviarán dinero, si no recurrirán a embargos comerciales y eventualmente nos invadirán. Es un aspecto curioso del juego, pero que no está desarrollado con tanta profundidad como otros.

Este es el modo en que el sistema democrático de Tropico 6 funciona cuando va bien todo… pero el juego tiene una vertiente que podemos tomar más dura y dictatorial. Los ciudadanos, sean criminales o no, pueden ser encarcelados si nos conviene, se puede decretar la ley marcial, se pueden negar la celebración de elecciones. Pero también se pueden tomar medidas más sutiles, como sobornar a los líderes de las facciones para conseguir que extiendan nuestro apoyo, que es básicamente el modo en que en muchos países se ha desmantelado el movimiento sindical, a base de cooptarlo.

Imagen de un enorme grupo de rebeldes luchando contra el ejército del Prez en Tropico 6
En Tropico 6 los rebeldes suponen una amenaza a nuestra supervivencia, una amenaza que se nutre de nuestra dureza y el malestar general.

Siendo que se inscribe en el Caribe, otro de los elementos de las cosas que van mal, que se potencia cuanto más duros seamos, es el surgimiento de rebeldes que buscan atacar y sabotear nuestra ciudad. Igual que hicieron las FARC en Colombia inicialmente (luego se fueron transformando en otras cosas), estos grupos rebeldes se alimentan del malestar general para intentar derrocar el gobierno que tenemos a la fuerza. Cuanto más duros somos, más rebeldes generamos, requiriendo potenciar nuestro ejército y fuerzas de seguridad para responder a esa amenaza. Y este es un reflejo del funcionamiento real de las dictaduras: el gobierno duro genera resentimiento en las sociedades, desafecto y resistencia. Si la respuesta a ese desafecto es más dureza, más miedo, más terrorismo de Estado (como los secuestros, las torturas, etc.) este desafecto va creciendo hasta formarse un resentimiento oculto pero cada vez más fuerte. Puede llevar a un alzamiento armado o a transiciones más pacíficas, pero siempre llevará a un cambio. Porque el miedo es una de las emociones más fuertes del ser humano, pero a medida que pasamos más tiempo bajo el mismo, o caemos en la indefensión aprendida (y nos rendimos) o bien nos volvemos resistentes al mismo, de modo que hacen falta shocks más y más fuertes para mantenernos sometidos. Por eso ninguna dictadura consigue perpetuarse indefinidamente en el poder, porque si carece de legitimidad y el miedo es su única forma de mantenerse estable, este acaba siendo insuficiente a medida que la población se da cuenta de que no tienen nada que perder y que mejor arriesgarlo todo para generar un cambio social que continuar igual.

Quizás la parte menos desarrollada del juego, menos de hecho que en su predecesor, es el aspecto de nuestra propia corrupción como gobernante. Aquí las cuentas en paraísos fiscales solo sirven para comprar mejoras concretas en su propio mercado, de modo que acaba revirtiendo de vuelta en la población. En los gobiernos reales, la tentación a corromperse no lleva a una reinversión en la sociedad, sino a una extracción de riquezas de la misma para el usufructo y beneficio de la élite corrupta. Aunque supongo que en un juego como este es difícil transmitir esto, ya que nadie se corrompería retirando recursos que necesita para ganar la partida a cambio de unos beneficios intangibles (por mucho dinero que saques del sistema en el juego, no vas a disfrutar realmente de un jet privado en la vida real).

Y este es el modo en que Tropico 6 nos permite reflexionar, aprender y divertirnos jugando a gobernar una pequeña nación. Como véis, la descripción de la democracia que hace es una versión simplificada de la real, pero tiene muchos elementos de interés que realmente se acercan al funcionamiento de un sistema democrático real, especialmente uno presidencialista como el norteamericano. Así que, si queréis pasar un buen rato construyendo ciudades y ganando elecciones, al mismo tiempo podréis ir viendo cómo funcionan y se gestionan nuestras vidas desde arriba.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿cómo ves la representación que hace Tropico 6 del funcionamiento de nuestros sistemas democráticos?

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