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Reflexiones personales

Elecciones Europeas

Como cualquiera que siga las noticias ligeramente sabrá, en mayo son las elecciones europeas y, ante ellas, se plantean una serie de situaciones muy importantes. El conjunto del proyecto europeo está puesto en duda por muchos sectores políticos, desde los euroscépticos a los populistas, y estas elecciones son vistas a menudo como un plebiscito sobre el conjunto de la UE, donde el temor al crecimiento de los partidos anti Unión podría crear un Parlamento y una Comisión que dificulte muchísimo el funcionamiento de la organización. Pero no voy a hablar de eso hoy, sino de personalismo, política nacional y política europea.

Aquí ya hablé en su momento de cómo el Partido Socialista Europeo había escogido a Schultz como su candidato para la Presidencia de la Comisión Europea y cómo esto profundizaba la democratización de Europa. La Izquierda Unida Europea también ha hecho público a su candidato, Alexis Tsipras, y se espera que el resto de partidos europeos hagan lo mismo en las próximas semanas. Este es un cambio increíblemente profundo en el funcionamiento de la Unión donde, por primera vez, los ciudadanos vamos a votar por quien queremos que sea el Presidente de la Comisión Europea, y que su poder no dependa del Consejo sino de los ciudadanos, ganando una increíble legitimación que debería servir para devolver a la Comisión a su papel de valedora de lo europeo y con poder para equilibrar a los Estados.

Sin embargo, si echamos un vistazo a los periódicos y telediarios, no es eso lo que vemos. Las maquinarias electoralistas de los partidos ya han comenzado a ponerse en marcha y a hacer sus planes de cara a las elecciones europeas, y las noticias que salen en portada son quienes serán los candidatos de cada partido al Parlamento. Con toda la importancia que pueda tener que se celebren primarias o no, que ciertamente la tiene, me temo que no se han enterado de qué va esto, y con ello van a hacer un enorme daño al conjunto del proceso europeo.

Estas no son unas elecciones donde discutir el aborto, por insultante que sea esa ley; ni para discutir la política educativa española. Estas son unas elecciones para discutir si queremos una Europa que vaya en una dirección o en otra, con rescates más suaves o menos, con más poder estatal o menos. Los partidos políticos europeos están en proceso de nacimiento desde hace años, es necesario empezar a darles la atención que merecen si queremos que la democracia representativa funcione de verdad a nivel europeo. Hay que preocuparse de los problemas europeos cuando les corresponde: de los equilibrios entre instituciones, de los equilibrios entre países, de las propuestas de reforma o expansión, de los intentos de bloqueo, de las políticas económicas europeas, etc.

Si no lo hacemos, si dejamos que los políticos nacionales secuestren el debate y lo conviertan en un debate nacional sobre cuestiones nacionales, estaremos fallando al sentido de estas elecciones y, más importante, estaremos creando un peligroso precedente fruto de la inercia pasada. Si no prestamos atención a la consolidación europea, la dificultamos y dejamos espacio para el crecimiento de la oposición a la UE.

Si dejamos que los políticos hablen de política nacional cuando no corresponde, luego no debe sorprendernos que hablen de otras cuestiones cuando quieran y no de lo que queremos que respondan; si capturan las instituciones para servir a sus fines electoralistas, no debería sorprendernos que cuando accedan a esas instituciones las usen para sus fines electorales y no para lo que deben ser usadas; si permitimos que se salten las leyes electorales para transformar el debate a su antojo, luego no debe sorprendernos que se salten otras leyes a su antojo una vez en el poder.

Son probablemente las elecciones europeas más importantes, y es el momento y el lugar donde hablar de los problemas de verdad, porque estos sólo pueden ser combatidos a nivel europeo. Si queremos cambios en la política económica, no es Rajoy quien puede hacerlos, sino la Comisión. Si queremos un sistema educativo europeo que funcione y no los bandazos del nuestro que cambia a cada elección, necesitamos un Parlamento con autonomía y capacidad de acción. Si queremos una Unión capaz de enfrentarse a los problemas del espionaje internacional, necesitamos una Unión dotada de la máxima legitimidad posible. Y todo ello, y más (cambio climático, política migratoria,…), depende de estas elecciones.

Así que es hora de que los candidatos y los partidos hablen de Europa durante unos meses, en lugar de rascarse los ombligos.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas de estas elecciones europeas?

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