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Sociología

El poder a lo largo de la historia

poder historia 4El poder es una cuestión central para entender y construir una sociedad y, como ellas, ha ido evolucionando con el tiempo. Aunque es una cuestión que ya he expuesto en otro post, hoy voy a darle una vuelta de tuerca en otra de sus dimensiones: no la evolución de los poderes institucionales si no del modo en que los gobiernos han ejercido ese poder sobre la sociedad y sus habitantes.

Para ello en principio hay que diferenciar entre distintos tipos de poder y, para ello, usaré la clasificación de Kupchan que divide el poder en cuatro tipos distintos, según el modo en que se ejercen.

El primero de los cuatro es el más clásico como definición de poder y se trata del coactivo, es el poder que nos obliga a hacer algo por medio de la fuerza. Es el poder más fácil de usar sin lugar a dudas a una escala social y, por ello, desde una perspectiva histórica, es el poder que primero apareció y el predominante durante buena parte de la narración que ha sido el cambio de nuestras sociedades. Así, desde el hombre más fuerte que su vecino, el poder coactivo ha tomado muchas formas y, a medida que las sociedades crecían, se transformó en policía que salvaguardaba unas leyes y te castigaba si las incumplías, en prisiones, en ejecuciones, etc.

El segundo tipo de poder en aparecer es probablemente el estructural, que surge tan pronto las sociedades se complejizan un mínimo (probablemente, al volverse cazadores y recolectores) y se vuelven lo suficientemente complejas como para albergar una estructura que diferencie roles. Por supuesto, ya hay estructuras anteriores débiles que implicaban diferencias de poder (como las barreras de género), pero el poder estructural requiere que esa estructura cristalice de forma más compleja para desarrollarse del todo: hace falta que surja un gobierno, chamanes, una economía más o menos desarrollada, etc. A partir de entonces, el poder estructural fue creciendo en importancia a medida que se estructuraba cada vez más la sociedad y se complejizaba su funcionamiento, hasta el apogeo probablemente durante la existencia de la Unión Soviética. A partir de entonces, con toda la lucha por horizontalizar el poder y la sociedad, el poder estructural ha tenido que cambiar y muchas de sus barreras diferenciales se encuentran bajo el punto de mira del cambio social (en forma de lucha contra todo tipo de desigualdades).

poder historia 2El tercer tipo de poder es el institucional, que para surgir requirió un tiempo más de avance. El poder institucional, como su nombre implica, requiere no solo estructuras de poder, si no que estas cristalicen en instituciones permanentes en forma de gobiernos, Iglesias, bancos, instituciones internacionales, etc. Una vez ellas han surgido, el poder institucional se basa en condicionar el funcionamiento de esas instituciones de modo que sean estas las que condicionen a los que las integran: cambio el modo en que se elige el gobierno (por ejemplo, con el paso de la monarquía a la democracia) y, al hacerlo, este cambio condiciona a todo el mundo. Por tanto, probablemente el poder institucional como tal empezó a aparecer con los primeros imperios establecidos: Egipto, Babilonia, China, etc. que fueron los primeros en establecer instituciones sólidas, por mucho que fueran rudimentarias; desde entonces, el poder institucional no ha hecho más que ganar en influencia a medida que cada vez hay más instituciones que, además, abarcan más facetas de la vida social.

Finalmente, el cuarto tipo de poder es el más reciente con diferencia: el poder de convencer. Aunque convencer y seducir siempre han sido parte del juego de los poderosos, a escala social como herramienta siempre estuvo muy limitado porque era percibido a menudo como debilidad. Es cierto que Roma lo puso sobre la mesa con el “pan y circo”, pero no tanto como un mecanismo de control social si no para aligerar tensiones. El comienzo del poder de convencer como poder central de la sociedad es mucho más tardío, probablemente en torno al siglo XVIII en Europa, cuando se comienzan a crear instituciones sociales para construir la mente de la gente y cómo debe pensar: las escuelas públicas, la prensa, los manicomios… todos ellos son el modo en que el poder político se construye en el interior de las mentes de las personas, de modo que ellas decidan que el mundo en el que viven es el mejor posible y no vale la pena rebelarse. Antes de ese siglo, probablemente la única institución que lo usaba a gran escala era la religión (la Iglesia católica, por ejemplo, pero también en el Islam, o en el budismo, por no mencionar prácticamente todas las demás), que construían mundos sobre cómo “debemos comportarnos y ser” que inevitablemente soportaban al poder político sobre ellos (como dice la Biblia: “al César lo que es del César”).

El resultado de estas cuatro dinámicas del poder es que ni han surgido juntas ni han estado equilibradas en el tiempo. Es mucho más costoso en recursos, tiempos y capacidad crear estructuras capaces de usar el poder de convencer que crear estructuras capaces de usar el poder coercitivo, porque en general a nivel social es más fácil castigar que convertir. Sin embargo, el tiempo ha demostrado en buena medida que el poder de convencer es, con diferencia, el más importante de los cuatro, capaz de movilizar la sociedad a sus cotas más altas de equilibrio y paz internos dentro de los ideales que se quieran imponer (sean estos benévolos o no, no olvidemos que el comienzo de la publicidad moderna está en manos de Goebbels y el régimen nazi).

poder historia 3Hoy en día, sin embargo, probablemente no se pueda entender ninguna sociedad contemporánea sin una mezcla de los cuatro: policías en la calle que mantienen el poder coercitivo, publicidad en la tele que nos convence, instituciones que regulan nuestras vidas y estructuras subyacentes que condicionan la capacidad de cada uno para ser igual a los demás. Por supuesto, un régimen autoritario como Korea del Norte probablemente use en mayor medida el poder coercitivo que el estructural, mientras que la lucha por crear la ideología del partido y el control de la información de China nos habla de la importancia del poder de convencer coaligado con el poder institucional, etc.

Cada sociedad, en cada momento de la historia, ha tenido por tanto que construir un complicado equilibrio entre los cuatro, probablemente único para cada una de ellas. En Europa, probablemente hemos estado asistiendo al declive claro del poder coercitivo como medio de control social y un ligero retraimiento del poder estructural (en la medida en que las desigualdades son combatidas con mayor o menor éxito); por el contrario, el poder institucional cada vez tiene más fuerza (espoleado sobre la división de poderes de la Ilustración Francesa y el peso puesto en las normas, leyes y demás) y el poder de convencimiento se ha vuelto central hasta el punto de que ciertas ideas ya ni siquiera son entendidas como mecanismos del poder para perpetuarse: nadie piensa que el nacionalismo es una herramienta del poder, por ejemplo, y sin embargo lo es de modo muy claro.

Así pues, el poder ha cambiado en respuesta a los cambios en la sociedad, y con ellos la historia se ha vuelto un cementerio de élites (como decía Pareto). De aquí al futuro, habrá que continuar luchando por derribar desigualdades y construir nuevos mecanismos sociales que permitan limitar las desigualdades de poder pero, probablemente, un mundo sin poder sea una imposibilidad en última instancia y, como mínimo, será una cosa que verán nuestros bisnietos o más allá. Hasta entonces, hay que aprender a identificar el poder que nos rodea, cómo cambia y se adapta cada vez que lo obligamos a ello, cómo se reconstruye sobre si mismo y el mundo en un intento de perpetuarse y de buscar nuevos mecanismos para estructurar la sociedad en su beneficio.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas sobre el poder y su cambio a lo largo del tiempo?

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