La verdad es que como película intimista está muy bien, con un ritmo curioso pero que no aburre y unos personajes actuados con un nivel muy alto. Junto a ello, diálogos, escenarios y fotografía están muy bien. Pero, a lo que nos interesa.
A nivel sociológico sale muy poco, porque básicamente son ellos tres la mayor parte del tiempo. Sí salen algunas interesantes notas sobre las luchas para que la psicología (bueno, la psicoterapia) se estableciese como un campo científico respetado y válido; sin embargo, esto son más bien menciones y algún breve debate, de modo que queda ligeramente esbozado pero no llega a alcanzar gran profundidad.
Sin embargo, para los interesados en la psicología sí tiene mucha más enjundia. Es obvio que la mayor parte de los debates de la misma salen sólo brevemente, sin embargo sí están bien retratados de modo que las referencias a los mismos son mucho más profundas e interesantes que las simples palabras que se dicen. Eso sí, requiere cierto conocimiento de los conceptos que se están manejando, porque raramente se paran a explicarlos, lo cual no la hace una película accesible en este sentido.
El principal problema, en este sentido, probablemente sea el hecho de que las teorías psicoanalíticas hoy por hoy están mayormente superadas. Y aunque tiene su gracia encontrarlas expuestas por algunos de sus principales autores, hoy por hoy ya no están reconocidas como buenas para la terapia y, por tanto, para explicar la realidad. Eso no le quita interés a los que nos gusta entender de dónde vienen las cosas (porque, a menudo, las teorías anteriores son las que explican las actuales), pero a los que busquen algo más inmediato probablemente les sean poco aplicables.
Por todo ello, aunque es una bastante buena película, a nivel de análisis de la sociedad actual quizás no sea la más útil ni adecuada. Yo sigo recomendándola igualmente, pero los impacientes se la pueden saltar.
Costán Sequeiros Bruna
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