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Sociología

Espacio y Territorio

A menudo, estas dos nociones son confundidas y cruzadas. Al fin y al cabo, ¿no cubren ambas el mundo que nos rodea? La respuesta es que si, obviamente, pero lo hacen de maneras muy diferentes, y un abismo se abre entre una y otra. Sigamos las explicaciones de la profesora María Dolores Lois Barrio.

Empecemos por el espacio. Esta es una palabra que, en realidad, está vacía de todo contenido. Es una magnitud física que indica una zona, pero esta zona puede ser cualquier cosa. Así, podemos hablar del “espacio público” o de lo “espaciosa que es una habitación”, o del “espacio exterior”. Cualquier cosa puede ser espacio, simplemente lo indicamos, y listo. Carece de contenido.

Por el contrario, el territorio es un espacio socializado, al que se le han dado atributos de modo intersubjetivo y que, por tanto, es diferente a los demás. Los Estados son los mejores ejemplos, y así España no es lo mismo que Francia; cierto, ambos ocupan un espacio de una cierta cantidad de kilómetros cuadrados, pero tienen diferentes leyes, conceptos sociales y una enorme cantidad de atributos determinados por las sociedades que los habitan.

Pero, aunque sean el ejemplo más obvio, ese no es el único tipo de espacio socialmente acotado que exista. Por ejemplo, entramos en un parque natural y nos encontramos con que unas vallas bajitas de metal rodean una zona para proteger a las especies que lo habitan: ¡eso también es territorio! Y como tal, tiene sus reglas y condiciones determinadas socialmente. Sin embargo, acotar una zona no significa necesariamente ponerle vallas. Así, cuando la gente habla de la zona de Chueca de Madrid (o cualquier barrio del estilo), todos sabemos a qué zona se refiere, y el tipo de reglas sociales que imperan allí y no en otro sitio.

Dicen, un grupo de teóricos, que la territorialidad animal y la humana obedecen al mismo instinto primigenio. Personalmente creo que se equivocan, y que la territorialidad humana va mucho más allá. Incluye la parte de territorio y espacio de vida de cualquier ser vivo, si, pero va mucho más allá. Deja de ser física, para convertirse en simbólica. El espacio deja de importar, y se convierte en un territorio que no sólo cubre montañas y ciudades, sino toda una serie de valores y formas de actuar. Y un territorio que no es asignado y propio de un solo ser vivo, sino de un colectivo que lo comparte, define, se identifica y lucha por él.

Desde luego, al menos a mis ojos, hay un abismo.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas?

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