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Reflexiones personales

Xenofobia y emigración

xenofobiaLa xenofobia es el odio/miedo a lo distinto, a lo diferente a nosotros. Por tanto, se basa en la distinción entre un nosotros definido en torno a un nexo común (nosotros los españoles, nosotros los blancos, nosotros los del Sporting, etc.) frente a un otro que representa a todos los demás (ellos los extranjeros, ellos los de color, ellos los de otros equipos, etc.). A ese ellos colectivo se lo divide en distintos grupos (ellos los de África frente a los Europeos, ellos los negros frente a los amarillos, ellos los del Bacerlona frente a los del Madrid, etc.) y a cada uno se le asignan valores desde el nosotros (los de África son unos pobres frente a los Europeos que son gente digna, los negros son peligrsos mientras los amarillos tienen ese misticismo oriental, los del Barcelona quieren partir España mientras los del Madrid son unos fachas centralizadores, etc.).

El resultado, así, es que construimos estereotipos y los aplicamos sobre los demás, sin tener en cuenta que esos estereotipos encajen con la realidad de esas personas o del mundo. Esos estereotipos pasan a formar luego parte de la sociedad en choque con otros estereotipos (“los del Barcelona no son independentistas, esos son los del Athletic de Bilbao!”) en busca de formular cómo se ven a los demás, y los estereotipos dominantes se insertan en la estructura al pasar a ser reproducidos por los medios de comunicación, la escuela, etc.

El resultado es que esos estereotipos pasan a condicionar el modo en que todos actuamos, porque pensamos que se ajustan a la realidad independientemente de que lo hagan o no. Si esos estereotipos son positivos, trataremos bien a esa persona (esos europeos fiables del ejemplo anterior) si el estereotipo es negativo será al contrario (esos africanos pobres). En el caso de que el elemento distintivo de ese otro sea la “raza”, entonces hablamos de racismo o xenofobia en caso de que sean estereotipos negativos. Pero, como se ve, un primer elemento central es el hecho de que el concepto “raza” no es una realidad biológica (el color de la piel, el tamaño de la nariz, etc. dan igual) sino una construcción social que hacemos entre todos sobre ese otro y, por tanto, se puede cambiar socialmente (a diferencia del genoma, que no puede ser cambiado con tanta facilidad).

Sin embargo, estas construcciones se basan en gran medida en el desconocimiento de ese otro, porque las construimos desde el nosotros hacia el ellos a priori. Y aquí el papel clave de la emigración, porque nos obliga a ponernos en contacto con el otro y ver realmente cómo es. Así, buena parte de los votantes del brexit en Inglaterra no eran de las zonas de densa población de europeos que venían a quitarles el trabajo, sino de las zonas donde el trato con esa gente es menor y por tanto los estereotipos no se confirman o desmienten.

xenofobia-2El resultado es que emigrar te enseña a ver cosas nuevas, a relativizar el mundo como lo conoces, a ver otras culturas y a entender lo bueno y lo malo de la tuya; y la inmigración hace un efecto parecido, porque aunque se da en nuestro mundo propio, nos trae culturas y conceptos ajenos y con el trato podemos aprender a ver lo bueno y lo malo que hay en ellas y, con ello, en nosotros.

Por supuesto, esto no es tan fácil y bonito como puede parecer por mis palabras. Es un proceso de choques, de resistencias y de luchas, porque la gente no quiere cambiar de opinión sobre las cosas salvo que sea inevitable. Por eso es un choque, por eso hay tantas resistencias, y por eso la xenofobia, como el machismo y demás estereotipos son tan difíciles de eliminar.

Pero también es cierto que hay motivo para la esperanza si seguimos trabajando en ello (como diría Aznar). España, por ejemplo, es el país menos homófobo del mundo (que no es lo mismo que que sea un país no homófobo, lo es, pero menos) y es un país donde no han arraigado los partidos de extrema derecha que se alimentan de los discursos de la xenofobia y el populismo como en Alemania o Francia. Y eso es en buena parte porque somos un país de emigrantes: yo soy gallego, mi abuelo emigró fuera, mis padres lo hicieron también, y seguramente de un modo u otro nos toque a mi hermano o a mi. Y, como yo, cientos de españoles tienen historias similares, lo cual ha forzado a que ampliemos las miras y veamos más allá.

¿Hemos tenido completamente éxito y vivimos en un país/mundo sin xenofobia? Tampoco, sigue habiendo desprecio a los gitanos, a los africanos, etc. pero se han avanzado pasos importantes para aprender a ponernos en la piel del otro y, con más trabajo, creo que podremos seguir avanzando en esa dirección y quizás ayudando a otros a hacerlo también.

Costán Sequeiros Bruna

Y tu, ¿qué opinas de la xenofobia y de la emigración?

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