Este articulo de El País es un muy interesante resumen de la situación de la Iglesia en el mundo, a grandes rasgos. Y hay muchos elementos de interés que resaltar en él.
Por un lado, la posición de los norteamericanos de que, pese a que “vigilarán al Papa”, asistirán a sus misas. Es curioso, teniendo el cuenta el dogma de la infalibilidad del Papa en temas de religión, vigilarle carece de sentido real en temas de fe… claro que no es en eso en lo que quieren vigilarle, sino en temas de política.
Más cosas de interés, el modelo francés de división de las religiones. Heredero de la Revolución, cuando los franceses decidieron poner fin a la antigua tradición de que nobles y curas fuesen los mismos, básicamente. Así que los echaron del gobierno. Y ahora que quieren dialogar con la religión, lo hacen con todas a la vez, en lugar de una sola, de modo que su influencia política permanezca mermada y en cambio se limite a la esfera social que es la que le corresponde.
Conflicto en America Latina entre la Iglesia y los gobiernos por sus diferentes aproximaciones a muchas cosas.
Pero, ¿y en Italia? En Italia la Iglesia acepta no apoyar a ninguno de los partidos a puerta cerrada, acordando las condiciones con todos ellos juntos al mismo tiempo. Permaneciendo, de este modo, fuera del juego electoral pero no por ello perdiendo su influencia. ¿Por qué? Porque el cristianismo es una fé, pero la Iglesia es una institución, y como toda institución busca el poder.
En esto es especialmente virulenta en España, donde al contrario que en Italia donde lo arreglan a puerta cerrada, le gusta organizar manifestaciones y protestas. Una vez más, los curas buscan emparentarse con la “nobleza”. En parte, la culpa de todo está en la Constitución Española que, si bien establece que el Estado español es aconfesional (osea, que no profesa ninguna religión en concreto) no es laico (osea, que se separa completamente del fenómeno religioso). Y esto se ve complicado por el hecho de que la mayor parte de los votantes son católicos (más o menos, pero nos guste o no, es así en España) y que la Iglesia tiene firmados unos tratados preferenciales con el Gobierno desde hace muchos años, y que le conceden unos beneficios de los que no gozan el resto de confesiones (como les correspondería).
Así que, dado que se le ha dado poder, ella lo usa para aumentarlo y convertirse en un actor político. Algo que no debería corresponderle. La Constitución necesita una revisión tras sus muchos años de andadura, y aunque este no es el único (quizás ni siquiera el principal) de los puntos a modificar, va tocando que el Estado español sea laico. Luego que cada uno crea lo que quiera, pero eso queda entre ellos, su conciencia y su Dios. Que no metan al Estado en ello.
Costán Sequeiros Bruna
Este es el comentario que tenía el antiguo blog:
Y tú, ¿qué opinas al respecto?