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La imagen de la guerra en los videojuegos

La guerra ha centrado la atención del arte y la cultura desde la antigüedad
La guerra ha centrado la atención del arte y la cultura desde la antigüedad

Desde tiempos inmemoriales, la guerra es algo a lo que los humanos nos hemos dedicado con ahínco, habilidad e ingenio. Y como corresponde a estas situaciones tan extremas para el futuro de todos los colectivos involucrados, ha capturado la imaginación de la gente desde el principio de los tiempos, como muestran historias como la Ilíada.

Pero cuando avanzamos en el tiempo y llegamos al siglo XX, nos encontramos con que es el siglo en el que más gente ha muerto debido a la guerra. Y, consecuentemente, la opinión pública ha ido cambiando su forma de entenderla y racionalizar sobre ella. El resultado es que surgieron numerosas narrativas sociales al respecto, contraponiendo dos discursos principales: por un lado la perspectiva que describe la guerra como algo heroico e importante como se hacía antiguamente (con ejemplos como Top Gun) y la perspectiva contrapuesta donde se describe la guerra como algo brutal y terrible y se busca una denuncia al respecto (como en las películas de la guerra de Vietnam, como Apocalypse Now). Incluso surgieron las narrativas centradas en los civiles capturados en la guerra, como ocurre en la novela de H. G. Wells La Guerra de los Mundos.

Estas dos narrativas chocaron tan frontalmente durante el conflicto de Vietnam, que el ejército norteamericano cambió su política para con el cine: anteriormente, siempre había prestado equipamiento, tanques y demás para las películas bélicas, pero ya no lo haría más… al menos, no lo haría hasta que llegó Top Gun, y de pronto el cine volvió a ensalzar la guerra como algo glorioso.

Pero el cine, desde finales del siglo XX y principios del XXI, ya no es el medio de comunicación con mayor impacto en la sociedad. El auge de los videojuegos ha cambiado eso, no solo porque son una industria que hoy en día mueve mucho más dinero, sino también porque permite al jugador sumergirse de lleno en el mundo del juego y vivir “en su propia piel” aquello que el juego está retratando.

La guerra a menudo ha sido retratada en 
base a los actos heroicos de los soldados.
La guerra a menudo ha sido retratada en base a los actos heroicos de los soldados.

Así, los videojuegos contribuyen a crear el modo en que la gente entiende el mundo en el que vive, como lo hacen el resto de artes. Y a medida que han ido evolucionando y madurando como entorno, han ido abriendo nuevas narrativas y perspectivas, igual que lo ha ido haciendo el cine.

La visión tradicional de la guerra en videojuegos es la misma que en el cine: el ambiente heroico, las grandes gestas, las duras batallas… Es un entorno sin duda muy favorable a ciertos géneros, como los shooters (con ejemplos como Call of Duty o Battlefield) y los juegos de estrategia (Starcraft, Company of Heroes…). Los juegos de acción nos invitan a ser los héroes en el campo de batalla, mientras que los de estrategia nos enseñan a gestionar los recursos y personal a nuestra disposición para ganar las batallas que tenemos delante.

Pero igual que el cine evolucionó del ensalzamiento de la guerra a la denuncia de la misma, lo mismo han ido haciendo los videojuegos en muchos casos. Obviamente, como en el caso del cine, esta visión contrapuesta no ha sustituido a la otra ni la ha hecho desaparecer, pero si ha permitido vivir la guerra desde otros puntos de vista que pueden afectar al jugador y el modo en que ve y entiende el mundo.

Han ido apareciendo juegos que retratan el drama de la guerra desde una perspectiva más dura y realista.
Han ido apareciendo juegos que retratan el drama de la guerra desde una perspectiva más dura y realista.

El primer camino por el que hacen esto es a través de contar la historia de los personajes que forman parte de esa guerra, la parte humana del drama. Valiant Hearts y 11-11 Memories Retold nos meten de lleno en la vida de unos soldados de la 1ª Guerra Mundial llenos de todo lo humano que hay en la guerra, atrapados en una brutalidad salvaje. Son dos juegos muy dramáticos que se alejan de las mecánicas de acción y estrategia para adentrarse en mecánicas más de diálogos, puzzles y demás que permitan destacar el lado humano y dramático de la guerra, no el glorioso o épico. Son juegos sobre lo terrible que es la guerra, no lo grandioso de la misma, donde los protagonistas son gente normal con preocupaciones normales que acaban en medio de la destrucción absoluta que fue la Gran Guerra.

Pero el género de acción también ha tenido juegos que, pese a ponernos en la piel activa de un soldado en combate, nos muestran las consecuencias humanas de la guerra en aquellos que luchan en la misma. La saga de Brothers in Arms es un buen ejemplo de esto, ya que nos mete en la piel de una escuadra de soldados a lo largo de la Segunda Guerra Mundial, y las dificultades y problemas que viven desde el Desembarco de Normandía. O Spec Ops: The Line es otro buen ejemplo, que nos lleva a una guerra ficticia en Dubai que en realidad se transforma en un viaje hacia la locura que es la guerra, muy en línea con Apocalypse Now. Valkyria Chronicles también encaja en esta lógica desde una perspectiva estratégica ya que, bajo la premisa de ser un mundo ficticio, lo que se relata es una historia muy parecida a la de la Segunda Guerra Mundial, saliendo a la palestra cosas como el racismo en el ejército, los campos de exterminio, etc. y cómo los soldados de la unidad van reaccionando y viviendo todos esos eventos que protagonizan y presencian.

This War of Mine nos lanza de lleno al drama de sobrevivir a una guerra siendo solamente un civil.
This War of Mine nos lanza de lleno al drama de sobrevivir a una guerra siendo solamente un civil.

Pero los videojuegos también nos han llevado a la guerra desde el punto de vista civil. Igual que lo han hecho películas como El Pianista, los videojuegos han llegado al punto de mostrarnos como la guerra impacta en aquellos más vulnerables, como hace el magistral This War of Mine. En este juego, construido a base de historias reales de la Guerra de la Ex-Yugoslavia, nos ponen en la piel de gestionar a un grupo de civiles que tratan de sobrevivir como pueden en una ciudad bombardeada. Lo realmente potente del juego es que, a diferencia de los otros listados, en este una de las cosas más importantes que tenemos que hacer es tomar decisiones, a menudo moralmente complejas, como las que pueden vivir la gente atrapada en esas situaciones (por ejemplo, una chica está siendo violada por un soldado armado, ¿intervienes para protegerla a riesgo de morir y condenar al resto de tus amigos supervivientes?). Así, no solo nos pone en la piel de sobrevivir, sino que nos fuerza a tomar responsabilidad por las decisiones que vamos tomando en pos de sobrevivir. En esta línea también es interesante la extraña combinación de Into the Breach, donde se une por un lado la estrategia épica de defender la Tierra de una invasión a través de viajes en el tiempo, con el drama civil porque las bajas colaterales y civiles son una mecánica central para determinar nuestro éxito o fracaso.

Otra rama de los videojuegos que ha trabajado en mostrar otras caras de la guerra y denunciar políticas concretas son los persuasive games, orientados a dar un mensaje concreto. Es el caso de juegos como Kabul Kaboom, que denuncia el hecho de que se bombardee al mismo tiempo que se envía ayuda humanitaria, castigando así a la población que necesita esa ayuda. O 12-S, que muestra como usar misiles como respuesta al terrorismo solo causa dolor, bajas colaterales y la aparición de más terroristas.

En ocasiones, la guerra es el trasfondo sobre el que se cuenta la historia, no el centro.
En ocasiones, la guerra es el trasfondo sobre el que se cuenta la historia, no el centro.

En otras ocasiones, la guerra sale como un elemento del trasfondo de los personajes, lo cual sirve para contar sus historias y ver el modo en que esos eventos afectan a los mismos. Es el ejemplo de Assassin’s Creed 3, donde encarnamos a Connor, un indio americano atrapado en los eventos de la Guerra de Independencia norteamericana. O incluso en Hellblade: Senua’s Sacrifice, donde todos los eventos que se narran en el juego tienen que ver con una guerra que ha tenido lugar en el pasado y ha afectado directamente a la protagonista. Estos juegos nos permiten así ver el efecto que la guerra tiene en la psicología, personalidad y las vidas de quienes se ven afectados por ella, tanto desde la perspectiva a medio camino entre trágica y heroica del Assassin’s Creed, como desde la perspectiva más psicológica y dramática de Senua. La saga The Witcher es especialmente buena en esto, ya que auna el darnos libertad de tomar decisiones con el trasfondo de la guerra y sus consecuencias, si bien no es el centro del juego mismo.

Con todo esto no pretendo hacer un listado exhaustivo de los juegos que han tratado la guerra desde otras perspectivas. Al contrario, la idea es mostrar la complejidad de retratos que se pueden hacer de la guerra desde los videojuegos y cómo distintas narrativas permiten a los jugadores vivir experiencias duras o enriquecedoras que permitan comprender que la guerra no es una llamada a la gloria y la epicidad, sino un terrible drama con complejas y profundas consecuencias para todos los involucrados. Un drama sobre el que es importante continuar creando todo el complejo entramado de perspectivas que permiten construir una narrativa social compleja del fenómeno, una que aliente la búsqueda de soluciones alternativas a la intervención militar allá donde sea posible.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas sobre la guerra y su narrativa en los videojuegos u otros espacios culturales?

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