Una buena cena, con buena compañía y una prolongada conversación después da lugar a la aparición de muchas ideas interesantes. Y, en ese sentido, la de anoche dejó muchos temas en la mesa y cuestiones. Así que yo voy a aprovechar, y recuperar uno de ellos. Una pregunta, para ser exactos.
¿Cuánto ha evolucionado el ser humano desde el comienzo de la Historia? A todos los niveles, claro está. Es una pregunta complicada, y no tengo una respuesta inequívoca, pero vamos a intentar verlo un poco.
Es obvio que a nivel biológico, la evolución tradicional, el hombre (en sentido de humano, no de masculino) no ha cambiado apenas nada. Al fin y al cabo, en términos evolutivos, el puñado de milenios que llevamos existiendo es poco más que un parpadeo.Tenemos menos propensión a tener muelas del juicio, quizás menos pelo,y un sistema inmunológico más fuerte (producto de las vacunas, en su mayor parte), pero poco más. A cambio, somos físicamentemás débiles,aunque esto también se debe a que en aquellos tiempos se hacía más ejercicio físico.
A nivel individual y social es más complicado. ¿Hemos avanzado en estos más de cuatro milaños? Es cierto que ahora disfrutamos (al menos en el Primer Mundo) de una sociedad donde se puede debatir las ideas políticas y pensar en alternativas… pero eso también podían hacerlo los atenienses clásicos. ¿Que ellos eran un puñado de sabios rodeados de esclavos que trabajaban para ellos? Ciertamente, pero aún ahora la mayor parte de la masa de la gente de una sociedad la acepta sin cuestionársela (ninguna sociedad podría funcionar si es cuestionada permanentemente por una mayoría de sus miembros) así que la cuestionamos “unos cuantos sabios”, y tenemos a todo el Tercer Mundo convertido en nuestros esclavos (y sino que le pregunten a las niñas explotadas sexualmente de Asia, porejemplo).
¿Los derechos humanos? Ciertamente, eso es algo que no existía antiguamente. Pero es que antiguamente las guerrastampoco tomaban como objetivo prioritario a la población civil (regalo de la Primera y Segunda Guerra Mundial, en especial a partir de Guernica), sino que se libraban en los campos de batalla. Y allí existía un cierto “honor”, una serie de convenciones acerca de cómo luchar, aunque fueran más bárbaras de lo que debieran (y los saqueos posteriores si que tomaban como objetivo a la población, aunque a una escala menor a la actual). Pero,¿ahora realmente existen esos derechos? En Guantanamo parecen haberlos olvidado, y son los prisioneros de la hegemonía actual, la sociedad que teóricamente es paradigma del mundo moderno y ejemplo a seguir…
¿Y la educación? Es cierto que ahora sabe leer más gente. Y, sin embargo, el consumo de libros sigue siendo penosamente bajo. Los mediosde comunicación, otro avance, nos han dejado con una televisión llena de partidos de fútbol y programas de cotilleos sobre famosos.
Si que ha habido avances, sin embargo, eso es innegable. La mentalidad laica que ha engendrado la ciencia ha logrado exorcizar a muchos de los fantasmas del oscurantismo mitológico (<em>”Gracias a Dios”</em>, como se dice a menudo con ironía). La situación de la mujer ha avanzado mucho, aún cuando falte mucho por andar todavía. Y ahora tenemos ONGs e ideales postmaterialistas (ecologismo, por ejemplo), aún cuando sólo los sigamos y protejamos cuando realmente nos interesa o no nos cuestanada.Y tenemos ciertamente acceso a información difícil de censurar por parte del poder (internet), pero a cambio también tenemos que tolerar la explotación de esa posibilidad por parte de mafias y otros grupos (vídeos snuff, pornografía infantil -o no- en la web,apologías neo-nazis…).
A cambio, las expectativas de la gente al nacer resultan frustrantes para su vida, porque nos venden que todos seremos “actores” y “estrellas del rock” sea cual sea nuestra clase social. Pero esos sueños de riqueza y fama son inalcanzables para muchos en un mundo donde el desequilibrio entre la élite y las clases más bajas se agranda cada vez más. Por no hablar de las mayores tensiones psicológicas que implica la vida moderna, como muestran los casos de stress, depresión…
Así que el balance resulta inquietante. ¿Hemos cambiado? Quizás, pero menos de lo que deberíamos, o en una dirección no tan positiva. Desde luego, menos de lo que nos venden. Hay cosas buenas, si, pero sigue habiendo una cantidad de cosas malas para compensar. ¿Ha mejorado el ser humano como tal? Me temo que no. Hemos cambiado la sociedad y la forma de vivirla, pero los impulsos que nos guían son más o menos los mismos. La avaricia, la generosidad, el altruismo, la ambición, el amor, la lujuria… los impulsos que nos hacen humanos son los mismos que cuando Babilonia fue erigida.
Quizás estemos presos eternamente en esa Torre de Babel que significa ser humano. Quizás deberíamos lamentarnos por no ser capaces de mejorarnos. Quizás deberíamos alegrarnos por ello. Quizás…
Costán Sequeiros Bruna
Estos son los comentarios que tenía el post en el antiguo blog:
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