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Reflexiones personales

¿Qué Diferencias hay entre Filosofía y Ciencia?

La filosofía podríamos definirla, según el curso de iniciación a la filosofía de la Universidad de Edimburgo que se imparte en Coursera, como:

“El hecho de hacerse preguntas sobre la forma correcta de pensar acerca de asuntos que son importantes para nosotros”.

Obviamente, cada persona considera diferentes cosas como importantes, así que cada uno haríamos filosofía de distintas cosas. Pero lo que importa aquí es el hecho de que el centro de la filosofía son las preguntas, y la forma de pensar. ¿Es esto exclusivo suyo? En cierta medida si, en cierta medida no.

Voy a usar una definición propia para ciencia, basándome en la anterior de filosofía, para destacar las cosas comunes y distintas que pueden existir:

“Ciencia sería el hecho de buscar respuestas a las preguntas que son importantes para nosotros usando el método científico”.

Así, una vez más, distintas personas usan distintas ciencias debido a que consideran diferentes cosas importantes. Pero, en esta definición propia, he salientado varias diferencias en las que me voy a parar.

Primero, el foco de la filosofía es la pregunta, el conocimiento sobre las mismas, porque la forma que se use para pensar esa pregunta depende de la pregunta misma. Aunque se elaboren respuestas complejas para esa pregunta, muchos filósofos posteriores volverán a la pregunta misma, y empezarán desde ella, porque lo que importa es la forma de pensar sobre la misma. Hay que buscar preguntas importantes y válidas, y luego pensar sobre ellas: pensar sobre el pensamiento (epistemología), pensar sobre la sociedad (filosofía social), etc.

En ciencia, al contrario, el foco está puesto en la respuesta. Se considera que todas las preguntas son válidas e igualmente importantes porque demuestran distintos aspectos de la realidad (aunque, obviamente, unas sean más interesantes que otras, o más amplias). Así, lo importante es demostrar las respuestas a esas preguntas, lo cual se hace no demostrando que algo es correcto (cosa casi imposible en muchísimas ciencias), sino demostrando que las alternativas son falsas, y, por tanto, que nuestra respuesta propuesta es, de momento, correcta. Así, surgen infinitud de ciencias, en base al tipo de preguntas cuya respuesta se busque: sobre el mundo que nos rodea (física), sobre el funcionamiento de las estrellas (astronomía), sobre el funcionamiento de la sociedad (sociología), etc.

El segundo punto a destacar de diferencia es el método. La filosofía se basa en el proceso de pensar del individuo, que busca respuestas que le sean válidas a la pregunta usando un pensamiento crítico, que analiza los errores en el pensamiento, las contradicciones, las cosas que faltan, etc. Es un proceso de construcción de una visión del mundo y de lo que uno se pregunta que se basa en la continua puesta en duda de lo que uno sabe o cree que sabe al respecto de esa pregunta, para ir buscando la forma mejor de encararla, analizarla, y si es posible entenderla.

La ciencia, por su parte, no se preocupa por el método: si haces ciencia, es porque usas el método cientifico, así de sencillo. Este tiene una serie de reglas que hay que seguir lo mejor posible, independientemente de la ciencia a la que se lo aplique, que buscan obtener resultados que se puedan probar independientemente de quien efectúe los análisis o experimentos. El método científico se ajusta a cada disciplina científica, buscando la mejor forma de obtener los datos que necesita para emitir teorías, y con ellas construir paradigmas. Por ello, cada científico no parte de su pregunta, sino de todo el conocimiento acumulado y “probado” por distintos científicos que ya han estudiado el tema con anterioridad.

Y aquí encontramos el tercer punto, la falsabilidad. Osea, la necesidad de que los estudios sean falsables, osea, que se puedan poner a prueba de manera que todo el mundo pueda comprobar que los resultados son correctos. La filosofía no es falsable, porque los resultados dependen de la forma de pensar de un filósofo u otro. Así, no se basa en la falsabilidad, sino en la capacidad de convencer, de argumentar, de construir una forma de entender las preguntas y lo que las rodea. De aprender de lo que otros puedan haber dicho sobre ella pero integrando sus visiones dentro de la propia de modo que sean coherentes, lógicas, etc. y rechazando lo que vemos críticamente como erróneo, inexacto, o no ajustado a la pregunta.

La ciencia, por el contrario, se basa en la falsabilidad. Como toda investigación debe ser falsable, se asume que lo que un científico ha dicho con anterioridad es correcto si ha seguido los procedimientos adecuados. Por tanto, su conocimiento debe añadirse al del colectivo inmediatamente, y ajustar los paradigmas y teorías como corresponda. Pero, y este pero es importante, es igualmente importante volver a analizar sus aportaciones, repetir los experimentos, analizar lo que ha aportado, porque eventualmente toda teoría tiene grietas y nuevas teorías deben sustituir las antiguas al demostrar que su conocimiento era inexacto y que hay formas más adecuadas de explicar los fenómenos.

Por esto, en filosofía los distintos autores no necesariamente anulan a los anteriores. Al contrario, aportan distintas visiones sobre una pregunta, visiones que cada autor posterior puede considerar más interesantes, adecuadas y ajustadas, o menos. Es la labor de cada filósofo ver qué coge de Aristóteles, qué coge de Kant o de Nietzsche, y con ello construir su propia visión.

Al contrario, en ciencia las nuevas teorías sobreescriben las anteriores al demostrarlas incompletas, erróneas, o que dejan fenómenos sin explicar. Newton propuso una explicación de la dinámica que luego Einstein corrigió al formular la teoría de la relatividad, que demostraba que la teoría de Newton sólo era correcta cuando la relatividad era 0. Por supuesto, en ciencia hay ocasiones en que en una misma disciplina hay distintas visiones, teorías y paradigmas compitiendo al mismo tiempo, en sociología es fácil ver la oposición entre los estructuralistas/funcionalistas, la teoría crítica, y la teoría del individuo (por ponerles un nombre a las tres corrientes), pero dentro de ellas mismas, cada nueva versión va sobre escribiendo las anteriores: Durkheim fue sobreescrito por Parsons, por ejemplo.

Finalmente, la última gran distinción se encuentra en el papel del filósofo y del científico. La filosofía es subjetiva, es la construcción de una persona, que busca una buena forma de pensar sobre una pregunta. Su construcción puede no ser válida o convencer a otros, pero no hay forma de demostrar que una es mejor que otra, y por tanto ambas son válidas. Esta percepción subjetiva no devalúa el resultado de la filosofía, sino que es una característica intrínseca de su proceso de funcionamiento, del avance basado en el pensar sobre las cuestiones que le interesan a uno.

Al contrario, la ciencia busca ser objetiva, que la opinión del científico no cuente, y que científicos con distintas opiniones puedan obtener el mismo resultado en un mismo experimento. La ciencia pretende ser, así, externa al científico, en lugar del resultado de su labor interna. Es obvio que, en algunas ciencias, esto es más fácil que en otras, donde el factor subjetivo es más fuerte, pero aún así el científico siempre deberá esforzarse por ser lo más objetivo posible.

Con todo esto no quiero afirmar que una sea superior a la otra. Obviamente, a nadie sorprenderá que yo sea más afín a la ciencia, pero eso no devalúa la filosofía. Simplemente, son dos miradas muy distintas, sobre una misma cosa, dos miradas que funcionan de modo diferente y persiguen desiguales resultados.

Costán Sequeiros Bruna

Este es el comentario del antiguo blog:

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Y tú, ¿qué opinas de esta diferencia?

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