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Reflexiones personales

Doctrina de Shock: Europa y España

En su excelente libro La Doctrina del Shock”, Naomi Klein hace un recorrido de las intervenciones neoliberales hasta el huracán Katrina e Irak, que es el momento en que se publica el libro. Así que aquí rápidamente voy a aplicar su modelo al que sería el siguiente capítulo: Europa, y en especial España.

Comenzamos, como en el libro, con el shock: la crisis económico/financiera que se inicia en Estados Unidos en 2008, y rápidamente se extiende a Europa con impactos de distinto calado. Grecia, Irlanda y Portugal son las más afectadas; en España, la crisis financiera activa una crisis inmobiliaria que destruye la burbuja de ese sector y amplía la escala de la crisis. Así, la cifra del paro se dispara, y la gente entra en shock.

El gobierno de Zapatero intentó luchar contra la “recesión” como mejor supo, pero con poco éxito. En paralelo, Angela Merkel fue ganando un poder cada vez más central en Europa, tirando de Sarkozy, que fue desplazando la posición de las instituciones europeas y colocándola a ella como dirigente del continente. Y, con ella, medidas de corte neoliberal: control de déficit, reducción de inversión, reducción de gasto social, reducción de funcionariado, etc. En cierta medida, Zapatero se resistió a aplicar esas prácticas, hasta que finalmente acaba claudicando a final de su gobierno y firmando la reforma de la constitución que santifica los principios del neoliberalismo.

Mientras Grecia, Portugal e Irlanda son intervenidas directamente por su necesidad de rescate, España se va salvando por los pelos e Italia se acerca al abismo. La troika, tan temida allí, se frota las manos ya que incluso las medidas más duras son aprobadas y aplicadas en esos países, Grecia en especial. La situación “debe empeorar antes de mejorar” según ellos. Sin embargo, la llegada de Rajoy al poder cambia esto; su prioridad: crear empleo, que como dice “el sentido común”, es la forma de salir de la crisis. O, al menos, eso vende en la campaña, y la gente lo compra, aunque más por el descrédito del PSOE.

Sin embargo, una vez en el gobierno y con una peligrosa mayoría absoluta, se olvida de ello y se dedica a una agenda claramente neoliberal: una reforma del sistema de despidos que abarata los mismos y condena más gente al paro; reducciones en el poder adquisitivo de funcionarios retirando pagas; reformas para abaratar costes en otros campos; etc… y ya se habla de las privatizaciones.

Pero hay una diferencia en todo este proceso neoliberal “de manual” con los estudiados por Naomi Klein: la sociedad civil. A diferencia de Argentina y otros países iberoamericanos, que se encontraban bajo durísimas dictaduras cuando se implantaron las medidas neoliberales, o Rusia que salía de una, o Irak que acababa de salir de la guerra (casos estudiados por Klein), Europa está constituida por democracias activas. Algunas incluso muy antiguas. Y, en las democracias, el shock dura mucho menos tiempo, como se vio en el caso de Estados Unidos y los distintos huracanes, Katrina incluido.

Así que la sociedad civil se organizó rápidamente en respuesta a las medidas, con manifestaciones masivas en la plaza Syntagma de Atenas, en las calles de Lisboa, etc. En España, la primera línea de batalla fue el movimiento 15-M, que con el tiempo ha ido evolucionando, sumándose y fraccionándose, pero cambiando para adaptarse. Y presentando batalla. Grandola Vila Morena de nuevo suena en las plazas de Portugal desafiando al gobierno al que se compara con la dictadura, y en España el movimiento contra los deshaucios ha conseguido obligar a que el Gobierno discuta sus propuestas, cosas a las que se había negado amparándose en su mayoría absoluta.

Pero, ¿por qué el sur? Dejando de lado las cuestiones económicas y macroeconómicas de la crisis, el sur de Europa es el que tiene tradiciones democráticas menos establecidas: Portugal y España no llegan a 30 años de democracia, Grecia no llega al siglo, e Italia acumula en torno a 60 años. Frente a una Inglaterra con cerca de 600, o Francia con más de 200, es poco tiempo. Incluso Alemania, que pasó por el nazismo, tuvo el único fascismo de verdad de la historia, y este se basa en el movimiento desde abajo, desde el pueblo, y no la imposición unilateral de los autoritarismos del resto de países.

Así que son países dominados por la partitocracia, que había funcionado hasta ahora porque la gente vivía bien y no protestaba. Ahora, desde el comienzo de la crisis, a la vista del fracaso de la política tradicional, la sociedad civil debe aprender todo lo que otras sociedades civiles ya saben: a proteger sus derechos frente a la invasión del Estado. Por suerte, los partidos políticos de estos países tampoco saben defenderse contra la sociedad civil ni manejarla, y lentamente la población civil está demostrando mayor capacidad de aprendizaje y evolución.

Si algo bueno vamos a sacar de todo el sufrimiento que esta crisis ha traído, es una sociedad que ha aprendido el valor y la importancia de la política, y la importancia de participar activamente en ella y no dejarla en manos de los partidos. Al menos, espero que esas lecciones no se pierdan con el tiempo, o nos encontraremos con más shocks.

Costán Sequeiros Bruna

Este es el comentario del antiguo blog:

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