España está en crisis desde hace años. El Gobierno de Zapatero fue incapaz de controlarla, y el de Rajoy parece dispuesto a avivarla a cambio de una recuperación posterior. Pero, ¿hay salida posible?
Tal como están las cosas, yo diría que no. No porque las salidas no existan, que existen pero en direcciones distintas a donde se están tomando, sino porque el capitán del barco parece más que dispuesto a abandonarlo. O, al menos, está demostrando ser incapaz de navegarlo con éxito.
Echemos un vistazo al PP. Bárcenas es la gota que ha colmado el vaso y el PP se destruye por dentro. Rajoy mantiene ciegas a ambas partes de su herramienta principal (Partido y Gobierno), con la idea de que ninguna de las dos sea suficientemente fuerte para hacerle sombra. No es sorprendente, ya en el pasado le han intentado arrebatar el liderazgo. Así, se queda sólo con el poder centralizado mientras a su alrededor unos y otros pegan puñaladas a diestro y siniestro tratando de salvarse de la quema que suponen los casos de corrupción, y tratando de medrar en el partido a cambio de la sangre de sus oponentes.
Esta situación es el sueño húmedo de cualquier partido en la oposición… pero el PSOE parece no darse cuenta. Mientras el PP se destroza en luchas intestinas, el PSOE parece decidido a imitarles, con el desplante del PSC que muestra a la luz la lucha entre Chacón y Rubalcaba por el control del partido. Las dos facciones enfrentadas por controlar el cadáver andante que es el PSOE, más preocupadas por incrementar su poder interno que en debilitar a su rival el PP.
Así, en plena crisis, en uno de los momentos históricos donde más falta hace un buen liderazgo, lo que se ve no es la aparición del héroe proverbial que salva la situación, sino la descarnada lucha por las migajas del poder. Cuando el polvo se asiente, el PP se habrá destrozado en sus peleas intestinas, y el PSOE habrá desaprovechado su oportunidad y se habrá desangrado por sus batallas internas.
¿Qué muestra esto? A parte de la miopía de los dirigentes de ambos partidos, y su incapacidad para gobernar, enseña innegablemente que, cada vez más, los partidos son incapaces de responder a las situaciones que vive la sociedad. Tal como están construidos, con su falta de transparencia y democracia interna, es más importante “medrar dentro de ellos” que gobernar/oponerse con eficacia; es más importante el arte del puñal, el tráfico de influencias internas, la destrucción de los oponentes, que el hacer bien su trabajo.
Y, en medio de toda esta lucha fratricida, el PSdG convoca primarias, un acto profundamente democrático. Y Ferraz le responde que ese método no es válido, que debe seguirse el método oligopólico tradicional dentro del PSOE, donde no interviene la militancia ni hay democracia. Donde reinan los puñales.
Vergüenza me da. Esto es algo que debe cambiar, profundamente, si España algún día va a salir de su crisis.
Costán Sequeiros Bruna
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