Hace un par de días hablaba aquí de los lobbies, sin darme cuenta que nunca había situado el marco más general. Así que es hora de abordar la cuestión de la sociedad civil, pero me vais a permitir hacerlo desde mi punto de vista, lejos de las definiciones canónicas al respecto, con muchas de las cuales no estoy de acuerdo del todo. Por tanto, mi definición de sociedad civil sería tal que:
“El espacio de acción política que, en el interior de un colectivo, los ciudadanos del mismo tienen en cuanto a tales, fuera del control de las instituciones que gobiernan a ese colectivo”.
Por tanto, desde este punto de vista, es un espacio de acción de los ciudadanos como tales, en el cual demuestran en buena medida que son ciudadanos. Y es un espacio donde actúan fuera de su participación en los gobiernos (por tanto, no incluye ni a los partidos políticos, ni a los ministros, ni los congresistas, ni los jueces, etc.). Finalmente, es un campo de acción política en el sentido amplio: de confrontación de ideas, de debate, de construcción de identidades y lucha de intereses; pero todo ello en términos políticos, Coca-Cola puede ser parte de la sociedad civil (son ciudadanos fuera del Estado) siempre y cuando actúe políticamente (por ejemplo promoviendo una reforma laboral), mientras que cuando actúa económicamente (preparando una nueva bebida, por ejemplo) no está actuando como parte de la sociedad civil sino como parte del campo económico.
Los ejemplos típicos de la sociedad civil, vista desde esta perspectiva, serían los movimientos sociales y la otra cara de su moneda, las ONGs. Pero teniendo en cuenta que mi concepción de las ONGs incluye cualquier grupo sin afiliación con las instituciones ni que responda ante ellas (lo cual incluye a la patronal, a los sindicatos, y a la Coca-Cola); al fin y al cabo, todas ellas son no-gubernamentales. De hecho, esto contradice la definición de la ONU y de la RAE sobre ONGs, que enfatiza el aspecto de “sin ánimo de lucro” con el cual no estoy de acuerdo, puede haber ONGs con y sin ánimo de lucro.
Bien, con esos andamios es con los que se construye mi visión de la sociedad civil. Básicamente, consistiría en grupos organizados (ONGs) y movimientos sociales laxos que chocarían continuamente en la arena política para destacar ciertas ideologías y problemas. Ya sabéis que mi visión de la sociedad es una de conflicto, y la sociedad civil es un actor muy activo en este conflicto, con millones de voces solicitando cosas diferentes: proteger el medioambiente, el fomento de la Iglesia, los derechos de la mujer, más empleo, una reducción del horario de trabajo, la prohibición del aborto, el despido barato, el derecho a llevar armas…
Todas estas voces son igualmente legítimas, independientemente de que estemos más de acuerdo con unas o con otras (quitando barbaridades como defender el asesinato de gente, el fascismo o cosas así). En este sentido, la vieja frase célebre de Voltaire sigue estando plenamente vigente:
No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo.
Aquí juega un papel central el respeto al derecho de opinión, de asociación y a la defensa pacífica de unas ideas. Unos ideales con los que es igualmente legítimo estar en desacuerdo y la sociedad civil tiene cabida para ambos y el conflicto entre ellos. Porque esa es su esencia, la sociedad civil no es un lugar de armonía sino de conflicto político, de lucha por construir una sociedad mejor sobre los ideales que cada uno cree que definen que es mejor.
Y, entre todos estos debates y luchas por las ideas y las mentes de la gente, surge una visión entre todos, intersubjetiva, de hacia donde vamos a ir yendo. La sociedad civil es, sin duda, la fuente principal de cambio en el mundo en el que vivimos.
Costán Sequeiros Bruna
Y tú, ¿qué opinas de la sociedad civil?