Hoy he tenido ocasión de ver el programa de Jordi Évole de este domingo sobre la clase media y me ha inspirado para tratar esa cuestión de nuevo aquí. Baste señalar de antemano que el trabajo de Salvados es excelente, como siempre, pero creo que en este caso, de cara a construir un argumento claro, han simplificado numerosas cosas. Y es sobre esto sobre lo que voy a incidir de modo complementario (espero) a lo dicho allí.
Así pues, empecemos por el principio: el término clase es popularizado por Marx en el siglo XIX y refleja la sociedad de su época. Era una Inglaterra que se industrializaba a toda velocidad, de capitalismo creciente, de campesinos incultos que debían mudarse a las ciudades, etc. Por ello, el modelo se divide en dos grandes grupos no en términos económicos y de riqueza, sino en realidad en términos de poder e independencia: los que en su trabajo dependen de otro (los obreros, que dependen del salario) y los que son dueños de los medios de producción (los capitalistas); junto a estos, existían algunas clases menores que Marx describe, como los burócratas, que no encajaban en esa separación nítida, pero que en el XIX eran colectivos minoritarios.