Coged la institución u organismo que queráis y encontraréis en su interior un cierto número de gente que quiere ascender en el mismo. Da igual que quieran subir de posición en el trabajo, oficiar en una diócesis más importante, o convertirse en la presidente del club de fans de un equipo de fútbol, hay gente que quiere ascender. Y la mayoría de organismos tienen una serie de baremos que deciden cuando alguien merece un ascenso, sea por antigüedad, por alcanzar una serie de metas del organismo, etc.
Por supuesto, todos conocemos de gente que ha ascendido sin cumplir los requisitos, simplemente por enchufe, por que se le deben favores, porque ha destruido a sus rivales o cualquier otra razón injusta que va al margen de los méritos reales.