En un texto francamente interesante a la par que sencillo y lleno de profundidad, el autor americano Howard Becker le da una vuelta a la tortilla a la hora de explicar por qué las sociedades son estables y las estructuras de poder. Al contrario que la mayoría de teorías sobre la estabilidad, que parten de las estructuras subyacentes (marxismo, estructuralismo, los campos, etc.), Becker toma la lógica opuesta y construye su teoría de la estabilidad en torno a la acción individual.
Para ello, Becker parte de la acción individual. Cada persona tiene unos objetivos, una forma de ser y de actuar, y al hacerlo se relaciona con las demás. Para conseguir estos objetivos, las personas normalmente escogen los medios que consideran que se ajustan más a lo que buscan, a la vez que maximizan la eficacia y minimizan el esfuerzo. Y para explicar este proceso, Becker aplica su teoría de la inercia al mundo de la música.